Las autoridades alemanas acordaron detener el convoy cargado de residuos radiactivos a menos de 50 kilómetros de su destino final, el depósito de Gorleben (norte del país), por las continuas acciones de los activistas antinucleares.
La decisión se tomó ya por la noche, tras comprobar que en las actuales condiciones, sin luz, con las fuerzas de seguridad exhaustas y centenares de activistas junto a las vías, resultaba impracticable continuar la marcha, explicaron los sindicatos policiales.
Oficialmente, la Policía ha señalado que se trata tan sólo de "una parada técnica".
El transporte fue asegurado en la localidad de Dahlenburg para evitar ataques directos de los activistas, a la espera de que hoy a las 9.00 hora local (8.00 GMT) se celebre una reunión para decidir cómo y cuándo continuará el tren con sus 123 toneladas de residuos altamente radiactivos en 11 contenedores "Castor".
La inminente llegada a Gorleben del convoy ha desembocado este fin de semana en bloqueos de vías y enfrentamientos violentos entre policías y activistas antinucleares, choques que han dejado varias personas heridas.
Los antinucleares buscan a toda costa retrasar el transporte de los residuos, encadenándose a las vías, descolgándose de puentes o desenterrando los rieles, con el objetivo de denunciar los riesgos de la energía nuclear.
Los organizadores estimaron que este fin de semana han congregado en Dannenberg, la localidad más próxima a Gorleben, a unos 50.000 manifestantes, entre los que destacaron cantantes, actores y líderes políticos de la oposición alemana.
Por su parte, las fuerzas de seguridad han movilizado a unos 20.000 efectivos para proteger el tren, lo que supone su mayor despliegue para asegurar el transporte de basura radiactiva desde 2001.
Tras llegar a Dannenberg, la última estación, los contenedores serán trasladados hasta Gorleben en camiones por una de las dos carreteras disponibles, ambas de 20 kilómetros, un proceso que podría prolongarse durante horas ante la previsión de más protestas, "sentadas" masivas y bloqueos con tractores.
El controvertido tren abandonó el viernes la planta de reprocesamiento de La Hague (norte de Francia) con residuos radiactivos tratados procedentes originariamente de Alemania.
Las protestas contra este tipo de energía en Alemania se han recrudecido tras la reciente decisión del gobierno de la canciller Angela Merkel de prolongar la vida de las centrales nucleares del país.
Además, sigue latente la polémica sobre la legalidad del cementerio de Gorleben, que acoge ya 86 contenedores "Castor" con residuos altamente radiactivos.
Pese a sus dos décadas de existencia, este complejo es temporal.
Vía: Opinión
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