Los haitianos se recogieron, ayer, en un minuto de silencio en memoria de los más de 220.000 muertos que dejó, hace un año, un devastador sismo, seguido por una epidemia de cólera y una tormenta política que mantienen sumido al país en el caos.
A las 16.53, el momento exacto en que ocurrió el sismo que destruyó la capital haitiana el 12 de enero del 2010, centenares de personas guardaron un minuto de silencio con la mano en el pecho, delante del palacio presidencial aún en ruinas, constató la AFP.
Los vehículos también se detuvieron. En el jardín de la sede presidencial, los policías volvieron a izar la bandera que estaba a media asta desde hace un año, en recuerdo de los muertos, que según la ONU son 220.000.
Sin embargo, el primer ministro de Haití, Jean-Max Bellerive, dijo que el sismo dejó, hasta ahora, 316.000 muertos. También dio cuenta de 350.000 heridos y más de 1,5 millones de damnificados. En la capital, varios miles de personas, bien vestidas y biblia en mano, se reunieron para un oficio católico frente a la destruida catedral de Puerto Príncipe.
Con la llegada de los sacerdotes, tras una procesión, los fieles cantaron himnos, y muchos se secaban las lágrimas al grito de "Aleluya". "Es un día de reflexión, un día para la oración", dijo Roger Jean, de 64 años, quien le dirigió "al Señor una oración especial para Haití, para que Haití cambie, para que Haití continúe viviendo". Jean perdió a su esposa y tres hijos.
El caos político y los retos
La OEA, cuyo consejo permanente guardó un minuto de silencio en Washington, espera entregar hoy un informe sobre los comicios que, según adelantaron fuentes, recomienda el retiro del oficialista, Jude Celestin, acusado de fraude. También pidieron asumir los retos para acelerar la reconstrucción.
Papa pide trabajar en la convivencia
El papa Benedicto XVI instó ayer a Haití a trabajar para "la reconstrucción y convivencia civil, social y religiosa" de Haití, en un mensaje enviado para conmemorar el primer aniversario del devastador terremoto, que dejó 220.000 muertos.
"Llegó la hora de la reconstrucción, pero no solamente de las estructuras materiales sino también de la convivencia civil, social y religiosa", escribió el Papa en un mensaje leído durante la misa que celebró en Puerto Príncipe el enviado especial del Vaticano, el cardenal Robert Sarah, presidente del consejo pontificio Cor Unum, entidad que maneja las obras de caridad del Papa. Con su mensaje, desea "ofrecer palabras de esperanza en medio de circunstancias tan difíciles", reconoció en el texto divulgado por la oficina de prensa de la Santa Sede.
"Deseo que el pueblo haitiano sea el protagonista de su historia, tanto de la actual como de la futura y que cuente con la ayuda internacional, que ha dado señales de gran generosidad a través de la ayuda económica, y con la presencia de voluntarios llegados de todos los países", agregó en su mensaje, escrito en francés. El Papa aseguró que reza por las víctimas, "especialmente por los muertos" en Haití.
Vía: La Razón
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