Los graves acontecimientos nucleares que están ocurriendo en varias centrales de Japón podrían tener consecuencias irreparables en el caso de que se produjese una fusión del núcleo en cualquiera de los reactores de las nucleares.
Japón cuenta con un total de 55 centrales nucleares, según datos del OIEA de agosto de 2010, y ocupa la tercera posición en el mundo como el país que más posee, por detrás de Francia (58) y Estados Unidos (104). En las provincias afectadas por el seísmo un total de 11 plantas detuvieron su actividad tras el temblor, tal y como establece el protocolo japonés de emergencia.
El corazón de una central nuclear
Una central nuclear posee cuatro componentes esenciales: un reactor, un generador de vapor de agua, una turbina y un condensador.
La función básica de un reactor es generar energía eléctrica a partir de energía nuclear. Cada reactor se compone a su vez de tres cámaras, como si se tratase de una muñeca rusa. La más profunda, de metal, denominada vasija, alberga varillas de minerales, generalmente de uranio aunque también podría incluir plutonio. Cada vasija está rodeada por un edificio de contención (hermético), que, a su vez, está recubierto por el edificio del reactor.
El generador de vapor de agua, presente en las plantas que funcionan con reactores de agua a presión, se utiliza para hacer funcionar las turbinas, que a su vez mueven un generador eléctrico que es lo que produce electricidad.
Por último, el condensador sirve para enfriar el vapor transformándolo nuevamente en líquido.
¿En qué consiste una fusión del núcleo?
Una fusión del núcleo de un reactor se produce siempre por un fallo o una cadena de fallos en los sistemas de seguridad de la central (en el caso de Fukushima, el sistema de refrigeración se vio dañado por el terremoto).
Esto aumenta la temperatura del reactor y hace que el combustible que contiene la vasija (núcleo) pase de un estado sólido a líquido. Esto provoca la "fusión" de sus componentes, liberando una mayor cantidad de radiactividad al medio ambiente. Cuanto más fundido esté el núcleo, mayor será la temperatura del reactor.
En el peor de los casos, ni el edificio de contención sería capaz de resistir las altas temperaturas, provocando un desastre aún mayor, como ocurrió en la catástrofe nuclear de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
Lo que ocurrió en Fukushima
El terremoto de 9 grados que sacudió el viernes Japón dejó sin suministro eléctrico a esta central nuclear que cuenta con seis reactores de agua en ebullición, similares al de la planta española de Garoña (Burgos). El maremoto posterior dañó los generadores diesel que suministran energía eléctrica cuando la central deja de recibir alimentación eléctrica del exterior.
Sin energía eléctrica, resultaba imposible activar los sistemas de seguridad de la planta.
Así, la descarga de la presión del reactor nuclear ha ido subiendo la presión en el recinto de contención -el recinto que envuelve el reactor-. Según apuntaba este sábado la directora técnica de Seguridad del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Isabel Mellado, "para mantener los valores dentro de los limites, se han tenido que ir haciendo pequeñas descargas de radiactividad".
Los expertos estadounidenses han determinado que el accidente de este sábado en la planta número 1 de la central se produjo tras la pérdida de energía en la corriente alterna a causa del terremoto y a una serie de problemas en su mecanismo de refrigeración a causa de esa falta de energía.
Tanto el Gobierno japonés como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aseguraron entonces que la explosión, originada por una reacción química de oxígeno e hidrógeno, ocurrió fuera del recipiente primario de contención, por lo que el núcleo del reactor nuclear no resultó dañado.
Tras el grave incidente del sábado, este domingo advierten del riesgo de una nueva explosión en el reactor número 3 de la central. Lo que ahora tratan de hacer los ingenieros en la central es restaurar dicha energía de corriente alterna para así prevenir la fusión del núcleo del reactor.
¿Qué dicen los expertos?
Expertos estadounidenses en materia nuclear explican a la revista Scientific American lo que podría ocurrir en ese supuesto de fusión del núcleo en la central japonesa de Fukushima.
"A los analistas del reactor les gusta categorizar los accidentes en los reactores por grupos", dice el físico Ken Bergeron, que realizó una investigación sobre la simulación de un accidente en un reactor nuclear en el Sandia National Laboratory de Nuevo México. "Y el tipo de accidente que está pasando en Japón es conocido como 'Station Blackout' (traducido como un "apagón en la cámara"). Significa una pérdida de energía en la corriente alterna y el consecuente fallo de energía en los generadores de diesel".
Según los expertos, esta clase de accidentes "se consideran extremadamente improbables, pero el 'Station Blackout' ha sido una de las grandes preocupaciones durante décadas".
Peter Bradford, exmiembro de la Comisión Regulatoria Nuclear de Estados Unidos (NRC, por sus siglas en inglés), dice que "otra cosa que ocurre es que el revestimiento, que está justo fuera de la cámara del reactor, con una temperatura tan alta interactúa con el agua. Esencialmente, se produce una oxidación de alta velocidad, en donde el circonio se convierte en óxido de circonio y se libera el hidrógeno. Una concentración exacta de hidrógeno en la atmósfera es susceptible de inflamarse o explotar".
Juan Carlos Lentijo, director técnico de Protección Radiológica del CSN, ha descartado en una entrevista a RNE la posibilidad de una fusión del núcleo. "No hay posibilidad de una explosión de tipo nuclear" en Fukushima, ha dicho Lentijo, "porque el núcleo del reactor ya está paralizado, e impediría una explosión de tipo nuclear".
Vía: 20 Minutos
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