Una pequeña roca espacial del tamaño de una arveja, formada hace 4.570 millones de años, acaba de revelar información muy valiosa sobre los inicios del Sistema Solar. La partícula, que llegó a la Tierra a bordo del meteorito Allende, realizó un largo viaje que le dejó huella en cada uno de sus estratos. Como un cuaderno de bitácora en el que hubiera ido anotando sus andanzas y que ahora han podido leer por primera vez científicos de la NASA y la Universidad de Berkeley (EEUU).
Según estos investigadores, que publicaron sus hallazgos en Science, esta partícula facilita la primera evidencia de polvo espacial que estuvo sometido a salvajes cambios de entorno a lo largo de los primeros años de formación de los planetas del Sistema Solar. Antes de comenzar su viaje, la partícula se formó en las ardientes cercanías del Sol, donde se fundió a temperaturas superiores a los 17.000 grados.
Por efecto de los poderosos campos magnéticos que desplegaba el astro en aquellos primeros momentos, el granito de roca espacial salió despedido hacia el exterior del Sistema Solar. Esto avalaría que, en el origen, el llamado disco protoplanetario del que surgió el Sistema Solar se comportaba como una gigantesca centrifugadora que expulsaba material al exterior.
Vía: La Razón
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