El Atlantis alcanzó la órbita terrestre ayer ocho minutos y medio después de su lanzamiento desde Florida, al sureste de EEUU, en la última misión en el espacio de un transbordador estadounidense, indicó la NASA.
Poco antes el tanque externo se soltó de la nave para caer en la atmósfera, donde se desintegró. El lanzamiento, previsto a las 11.26, fue retrasado tres minutos y el transbordador se separó finalmente de su plataforma de lanzamiento a las 11.29 , dos minutos antes del cierre previsto de la “ventana” de despegue.
El Atlantis, con cuatro tripulantes y 2.000 toneladas de peso al momento del despegue, se elevó sobre el Atlántico desde la plataforma del Centro Kennedy, cerca de Cabo Cañaveral. Los dos cohetes propulsores, que aseguran 80 por ciento del empuje durante los dos primeros minutos de la ascensión, se separaron como estaba previsto para caer al Atlántico. Los cohetes serán recuperados.
Con una velocidad de cinco veces la del sonido, el transbordador prosiguió su aceleración hasta alcanzar más de 28.330 km/h, 8 minutos y 30 segundos tras su lanzamiento, antes de ponerse en órbita después de que sus motores criogénicos agotasen el combustible compuesto de hidrógeno y oxígeno líquido.
Una vez en órbita a 225 km de altura, el Atlantis preparara su cita con la Estación Espacial Internacional (EEI), que se encuentra a 350 kilómetros de la Tierra, a la que se acoplará mañana.
Despedida. “Esta mañana será el principio del fin de la era del transbordador espacial”, había dicho más temprano Allard Beutel, portavoz del Centro Kennedy. La misión, de 12 días de duración y que incluye en su tripulación a una mujer, marca el final de una era, dejando a EEUU sin naves capaces de poner en órbita a sus astronautas.
Previo al despegue, el director de lanzamiento de la NASA, Mike Leinbach, deseó “buena suerte” a la tripulación. El Atlantis entregará 3,7 toneladas de alimentos y equipos a la EEI, para permitir que la estación orbital y su tripulación permanente de seis personas cuenten con suministros durante un año.
En su última misión, también llevará un experimento que pretende el desarrollo de vacunas contra enfermedades gastrointestinales, como la provocada por la salmonella, promovido por la Universidad de Arizona.
Tras el regreso del Atlantis, la NASA dependerá de los Soyuz rusos hasta el desarrollo de una nueva nave, que no será antes del 2015, como muy temprano. Varias empresas compiten para ofrecer el transporte alternativo.
El retiro de los transbordadores es motivo de nostalgia y tristeza para muchos, sobre todo cerca al Centro Espacial Kennedy, llamada “Costa Espacial”. Unos 27.000 puestos de trabajo se perderán con la finalización del programa de transbordadores, cuyo reemplazo no se ha definido todavía.
Latinos que dejaron su huela
Al menos cinco latinos volaron en los transbordadores, el primero fue Franklin Chang-Díaz, nacido en Costa Rica; luego José Hernández, de origen mexicano; Ellen Ochoa, californiana de origen hispano; Danny Olivas, de padres mexicanos y Joseph Acaba de Puerto Rico.// La-razon.com
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