Zaanstad es una zona industrial y próspera por antonomasia. En este lugar hasta mil molinos llegaron a girar, como aserraderos, al servicio de la construcción naviera. Hoy en día, los vestigios de aquella actividad siguen latentes en un paisaje que es preferible disfrutar desde la cubierta de un barco.
Muy próxima a Amsterdam, esta región de Holanda ha visto brotar varias revoluciones industriales a lo largo de los 11 kilómetros del río Zaan. En el siglo XVII la zona disfrutó de una época económica dorada con la construcción de mil molinos que dieron el empuje necesario a los oficios de entonces.
A finales del XIX se vivió un florecimiento similar pero esta vez vinculado a la industria alimentaria. De esta región proceden incontables productos típicos de la cocina holandesa, como el café perla de Albert Heijn, los frutos secos de Duyvis y las galletas y, sobretodo, el chocolate de Verkade.
Arquitectura industrial
Es imprescindible, recuerda DTLux.com, realizar un paseo en barco por el río Zaan para respirar la atmósfera industrial de siglos pasados y ver de cerca cómo vivían y trabajaban los hombres de aquella época. El Zaanse Schans da cuenta de ello.
Se trata de un barrio residencial donde podrás ser testigo de excepción de oficios tan típicos como la fabricación de zuecos, la pintura de cerámica de Delft, la fundición de estaño, la fabricación de queso.... así como contemplar sus típicas casitas verdes y visitar el Zaans Museum, donde encontrarás muebles, trajes regionales y hasta utensilios propios del hogar.
Un excelente prólogo a la visita estrella, la del Het Jooge Schaap (La Oveja Joven), un molino de serrar, reconstruido hace tres años -fue demolido en 1946- que se puede ver por dentro. Este Bovenkruier, como allí lo llaman, forma parte de la decena de molinos industriales que hoy funcionan gracias al trabajo de conservación que realiza la Asociación De Zaansche Molen.
Como colofón a este paseo fluvial nada mejor que desembarcar junto al De Koekfabriek, La Fábrica de Galletas (Westzijde 188), un peculiar restaurante que mantiene la estructura industrial original donde podrás darle un particular homenaje a tu paladar.
El Inntel Zaandam, un hotel único
Urbanísticamente, el paisaje puramente industrial ha aprendido a convivir con nuevas áreas de viviendas que dan toda una lección de vanguardia arquitectónica.
Tal es el caso de un novísimo hotel, ubicado en su capital, Zaanstad, el Inntel Zaandam (Provincialeweg 102). Un edificio de doce plantas, diseñado por el estudio de arquitectos Wilfried van Windem, que sorprende tanto por fuera como por dentro. Su fachada es un espectacular puzzle de las casas típicas del norte del país, donde el azul y el verde protagonizan una fantasía vertical que rinde homenaje a la más pura tradición holandesa.
En su interior, el diseño es la clave de su éxito: espectaculares escaleras de caracol, techos ornamentados con galletas gigantes y habitaciones, con todas las comodidades imaginables, y con gigantescas fotografías de los típicos molinos de viento custodiando cada estancia.// 20minutos.es
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