Jordania es mucho más que los templos de Petra. La naturaleza encierra pequeños paraísos en muchos de los rincones de este país. Desde las evocadoras y antiguas estepas de Wadi Rum hasta el oasis de Azraq, pasando por el profundo cañón de Wadi Mujib o el golfo de Aqba.
El hermoso desierto de Wadi Rum
Como explica DTlux, el desierto de Wadi Rum es también conocido como el “Valle de la Luna”. Está enmarcado por majestuosas montañas definidas por el viento y un espectáculo de dunas, con distintas tonalidades de rojos, amarillos y naranjas. La serenidad y el silencio hacen de este entorno un lugar increíble.
También lo es por su riqueza natural: el ecosistema de Wadi Rum cuenta con una gran cantidad de tipos de plantas raras y endémicas, animales como el lobo gris, el zorro Blandford, el gato de las arenas o las 120 especies de aves registradas.
A la naturaleza le debe Wadi Rum su atractivo para el turismo. Los que buscan emociones fuertes encuentran en sus montañas un lugar ideal para practicar escalada, con ascensos de paredes verticales que pueden llegar a los 900 metros y laberintos de rocas monolíticas que alcanzan los 1.750 metros.
Wadi Mujib y la reserva de Dana
En Wadi Rum, el viajero puede disfrutar también de la serenidad de los espacios vacíos sin límites, explorar cañones y depósitos de agua o admirar los dibujos que adornan las piedras desde hace cuatro mil años, entre otros espectáculos del desierto.
Visitas obligadas son el profundo cañón de Wadi Mujib, que llega hasta el Mar Muerto y sus 410 metros por debajo del nivel del mar, lo que la convierte en la reserva natural situada a menor altitud del mundo.
La reserva natural de Dana esconde increíbles tesoros naturales a lo largo y ancho de sus 308 kilómetros cuadrados de superficie, desde la parte superior del valle de Rift hasta el desierto de Wadi Araba.
Entre sus principales atractivos cabe destacar la montaña Rummana, las antiguas ruinas arqueológicas de Feinan, la el poblado de Dana y la grandeza de los acantilados de arenisca de colores blanco y rojo de Wadi Dana.
Azraq y el golfo de Aqba
Azraq fue un inmenso oasis con una compleja red de acuíferos: sus aguas podían tardar hasta 50 años en llegar a su destino final. El oasis de alrededor tiene aproximadamente 60 kilómetros cuadrados de cieno, bajo el que se encuentra una importante concentración de sal.
La mejor época para visitar esta reserva es a finales del otoño, en invierno o primavera, cuando las lluvias crean estanques y marismas que acogen a muchas aves estacionales. Es un espectáculo para los amantes de la naturaleza, ya que en primavera las colinas se tiñen de verde, gracias a las lluvias, y florecen las 2.000 especies de flores salvajes de la región.
Y al final, el refrescante mar. El golfo de Aqaba, situado en el noreste del Mar Rojo, ofrece una de las mejores experiencias de buceo del mundo por su impresionante ecosistema de arrecifes de coral, el más septentrional del mundo gracias a la ausencia de tormentas y las corrientes de agua templada.// 20minutos.es
إرسال تعليق
Todo comentario se agradece, además es no permite seguir trabajando.