La ciencia y la nueva tecnología permitieron al Instituto Geofísico del Perú, a través de sus investigadores, determinar los lugares y la magnitud de los futuros grandes terremotos en ese país. La sismología advierte que menos del 50% de la energía sísmica acumulada –en promedio– se habría liberado en diferentes regiones del territorio vecino, donde lo más grave recién llegará.
Durante el taller denominado “Fortalecimiento para la Capacidad de Evaluación de la Amenaza Sísmica y Sismo-Volcánica en Bolivia”, realizado en La Paz, el director de Sismología del Instituto Geofísico del Perú e investigador científico, Hernando Tavera, expuso el tema “Escenarios de Futuros Grandes Terremotos en Centro y Sur de Perú”. En su intervención ofreció un diagnóstico sobre el estado de vulnerabilidad del vecino país a los fenómenos sísmicos, además de los avances en materia preventiva.
El encuentro científico fue organizado por el Observatorio San Calixto con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Compañía de Jesús.
El lunes por la madrugada, la región ICA en el Sur de Perú sufrió un fuerte sismo de 6,2 grados en la escala de Richter que dejó al menos 60 heridos leves y varias casas inhabitables, de acuerdo a datos oficiales.
Tavera explicó que los terremotos son muy complejos y particulares, pues existen de varios tipos: superficiales, profundos, otros con intervalos de liberación de energía más prolongados y los menos duraderos en tiempo pero no menos destructivos, dependiendo la magnitud y otras características.
Basado en la amplia historia sísmica del Perú y el conocimiento en sismología, el experto explicó que existe suficiente información para afirmar que “sí en el pasado ocurrió un terremoto, en el futuro volverá a ocurrir en el mismo lugar y con mayor intensidad”.
El Instituto Geofísico del Perú (IGP) empleó técnicas que ofrece el GPS (sistemas de posicionamiento global) para monitorear terremotos, se consideraron datos como el nivel de las asperezas (liberación de energía) que dan origen al terremoto, además de la acumulación de energía, la ubicación de las zonas de acoplamiento sísmico, que serían la fuente de futuros terremotos.
Desde el punto de vista probabilístico se emplearon algunas técnicas de análisis en base a parámetros científicos que ayudan analizar la distribución de la actividad sísmica en toda la Costa del Perú y determinar un área crítica en la cual se produce energía roja (que causa mayor daño). Los resultados obtenidos muestran que se espera que se produzca un gran terremoto que coincidirá con las características del gran sismo de 1646 (Lima) ó de 1878 (Arequipa, Tacna y Arica).
“En el caso de Lima se halla probable 8.5 M; en la parte norte, 8.2 M y; en la norte de Arequipa 7.5 M (…). Todo se está repitiendo, la dirección y fechas coinciden en los últimos terremotos frente a la Costa”, señaló.
Con la información recolectada, el IGP aplicó de manera informática un terremoto hipotético de aproximadamente 8 grados de magnitud para generar posibles escenarios, aplicando registros de potencia de liberación de energía, simulación de las curvas roja y azul que representan los levantamientos y hundimientos de la superficie terrestre en aproximadamente una superficie de 300 kilómetros de Lima y sus alrededores, y 200 kilómetros en la zona Sur peruana.
Las técnicas físicas y matemáticas empleadas en el simulacro de terremoto permitieron también generar frecuencias a detalle del sismo, de tal forma de obtener datos más realistas sobre las frecuencias de las asperezas, así como del impacto de un tsunami, que según el simulacro, provocó olas de hasta ocho metros de altura que alcanzaron la Costa del Callao en 20 minutos.
“Ustedes saben que en Japón no fue el terremoto el que provocó la mayor destrucción, fue el tsunami el que ocasionó el mayor desastre”, dijo.
Mencionó que entre los terremotos de mayor magnitud que marcaron una secuencia de actividad sísmica en un periodo de tiempo espacial variable, se encuentran los del Sur y centro de Perú.
Los terremotos y tsunamis son mayores en número; estos peligros son mayores en número y magnitud en el Cinturón de Fuego del Océano Pacífico, como los terremotos de Arequipa en el año 2001 (8.2 M); Pisco en 2007 (8.0M) y Chile en el 2010 (8.8M).
“Se llega a la conclusión de que los terremotos que han ocurrido en el pasado en la zona central de Lima solo liberaron apenas el 40% de toda energía que habría generado el terremoto de 1946. En el caso de Arequipa (2001) sólo liberó poco más del 50% del puntaje que debería liberarse y en el Norte del Perú solo 4 a 5% de toda la energía de 1865”, mencionó.
El escenario para el Sur del Perú incluye terremotos similares a los de Chile, entre 8.5 a 8.8 grados de magnitud; mientras que en Lima también se prevé grandes terremotos que oscilen en 8.5 M.
Del análisis de la información obtenida también se logró determinar que las zonas de máximo acumulamiento de energía, donde se produciría en el futuro terremotos de gran envergadura (8.0 M ó más) estarían situadas frente a la Costa de Lima, al Sur de Arequipa y parte Baja de Chile.
Paralelamente se generó otro posible escenario donde se muestra al Sur de Perú y norte de Chile como las zonas de máximo afloramiento de energía. “En todo caso hay dos áreas: Lima y Norte de Chile involucradas como zonas de gran acumulación de energía sísmica”, dijo.
Vaticinó que un terremoto en Lima ocasionaría gran destrucción, colapso del sistema eléctrico y sanitario, hambre, enfermedades y un caos generalizado.
El sismólogo peruano dijo que si bien la ciencia avanzó al punto de determinar en qué zonas y de qué magnitud serán los próximos terremotos, lo que no se logró aun es definir con precisión cuándo volverán a suceder, por lo que es imposible frenar estos fenómenos naturales.
“¿Quién escogió por ejemplo construir la ciudad de Lima frente a la Costa donde había tantos terremotos?, ¿quién escogió poner poblaciones jóvenes en zonas de alto peligro?, ¿quién verifica los suelos, la calidad de viviendas, la antigüedad de las viviendas?”, cuestionó a tiempo de afirmar que son los mismos ciudadanos los que construyen su propio riesgo.
Afirmó en ese marco que ninguna ciudad está preparada para enfrentar un terremoto, y que la única forma de saber sí Lima está preparada para un sismo es que suceda primero el desastre. De ejemplo dijo que en Lima una casona antigua en forma de buque –que está a punto de caerse- declarada Patrimonio Cultural alberga a 700 personas hacinadas.
En Perú se constituyó la Red Sísmica Satelital para Alerta Temprana de Tsunamis, un sistema integrado por siete estaciones sísmicas, cinco acelerómetros y GPS, que realiza el registro, análisis y procesamiento automático, previos a la emisión del reporte sísmico para la alerta temprana de tsunami.// PIEB
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