Noruega. Una leyenda noruega dice que las vísperas de navidad traen todo tipo de espíritus diabólicos y brujas. Por lo tanto, es costumbre en los hogares noruegos esconder las escobas antes de irse a dormir, no sea cosa que alguna bruja ponga sus retorcidas manos sobre ellas. Mientras tanto, los hombres valientes de la familia salen valerosamente al exterior a disparar al aire para ahuyentar los espíritus.
Austria. No, esta bestia terrorífica no es un personaje del Señor de los Anillos. Se lo llama Krampus y en Austria es el insólito hediondo compinche de ese implacablemente generoso portador de saludos navideños, Santa Claus. Mientras Santa obsequia regalos a los niños buenos, el pesadillesco Krampus amenaza y castiga a los malos; es a veces representado llevando niñitos desobedientes en su canasto listo para arrojarlos a los terribles abismos del infierno.
Venezuela. En Caracas es costumbre en toda la ciudad despertarse temprano en la mañana para ir a misa de Navidad en un inusual método de transporte: sobre patines. En distintas zonas de la ciudad, antes de las ocho de la mañana, se bloquea el acceso vehicular para permitir esta forma poco convencional de transporte. La noche anterior los niños atan uno de los extremos de una cuerda al dedo gordo de unos de sus pies y el otro por fuera de la ventana para que los patinadores matinales les den un amistoso tirón cuando pasan por allí.
Ucrania. Los árboles de Navidad, además de decorados con todos los elementos clásicos que se pueda imaginar, suman un elemento fuera de lo común. Una leyenda dice que una pobre viuda que no pudo pagar la decoración del árbol familiar se mantuvo despierta hasta hallar una araña que tejiera una telaraña en su árbol navideño y así embellecerlo, lo que permitió tener una feliz y próspera Navidad. Y así es que entre guirnaldas y luces, los árboles ucranianos esconden una araña y su telaraña -- artificiales por supuesto -- dándole suerte al que las encuentra.
República Checa. En Nochebuena, las mujeres solteras checas toman parte de una tradición que, se supone, permite predecir el estado civil el año entrante. Se quitan un zapato, se paran de espaldas a la puerta y lo arrojan sobre sus hombros. Si el zapato cae con la punta hacia la puerta, entonces se dice que quien lo arrojó se casará el año siguiente. Aquellas cuyo zapato cae con el talón hacia la puerta deberán esperar al menos doce meses el deseado anillo de bodas.
Italia. Mientras en la mayoría de los países es Santa Claus quien reparte regalos en tiempos navideños, el folklore de Italia coloca a una amable vieja bruja llamada 'La Befana' como figura que distribuye los presentes entre los niños.
Una leyenda cristiana cuenta que tres hombres sabios se acercaron a 'La Befana' para saber en qué dirección dirigirse para visitar a Cristo. Ella no supo ayudarlos, pero fue tan hospitalaria que la invitaron a sumarse a su marcha. Ella rechazó la oferta aduciendo que tenía mucho trabajo en casa. No obstante, luego se arrepintió de su decisión y desde entonces recorre el mundo en búsqueda de aquellos hombres sabios y del niño Jesús, dejando regalos en las casas por donde pasa.
Gran Bretaña. Si te encuentras en un hogar británico tradicional y deseas que tus sueños navideños se hagan realidad, ¿por qué no tomas la costumbre de pedir un deseo mientras bates la mezcla de un budín antes de cocinarlo? Para aquellos poco familiarizados con la receta, un budín de navidad se cocina haciendo una mezcla espesa de frutas secas, nueces y grasa antes de empaparla en alcohol y flambearla en una habitación oscura. Suelen incluirse dentro pequeñas monedas de plata que le darán suerte a quien las encuentra al tomar una porción.
Holanda. A veces, la tradición se enfrenta con lo que hoy es políticamente correcto. El Santa Claus holandés (conocido como Sinterklaas), por ejemplo, tiene un ayudante visto por algunos como un resabio desafortunado del pasado colonial del país. Zwarte Piet (Pedro el negro) es el asistente esclavo de Sinterklaas. Se les dice a los niños que, si no se portan bien, Pedro el negro vendrá y los llevará de regreso a España -- donde el Santa holandés ha vivido tradicionalmente -- en su bolsa.
Muchos holandeses, en los últimos años, han minimizado el cariz racista de Pedro el negro y algunas versiones actuales de la historia lo colocan como un deshollinador para justificar el maquillaje negro de su rostro.// EL Diario (BOL)
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