Que te despidan de tu trabajo es algo muy malo, pero que te despidan por un motivo absurdamente estúpido lo es aún peor.
Este es el caso de algunas personas que tuvieron los motivos más estúpidos de sus despidos, en algunos casos hasta la empresa que los despidió tuvo que pagar indemnizaciones por tener motivos demasiado cuestionables para despedirlos.
Despedido por regalar una loncha de queso.
La empleada: Una trabajadora anónima de un “MacJob”.
El lugar de trabajo: Un restaurante McDonald’s en Holanda.
El motivo: Regalar una loncha de queso a un compañero de trabajo, que pagó religiosamente su hamburguesa pero no el tranchete de regalo.
La tropelía: El tribunal holandés que llevó el caso dictaminó, con toda lógica, que “El despido fue una medida muy severa. Sólo era una loncha de queso“, y condenó a pagar a la ex empleada 4.200 euros de indemnización.
Despedido por exceso de ventosidades
El empleado: Daniel Cambridge, almacenero inglés.
El jefe: La empresa británica Water Stones.
El motivo: Despedido por sus horribles pedos. Sus compañeros presentaron 35 quejas contra él en dos días jaja
La tropelía: Daniel sufría flatulencia porque estaba siendo tratado con un medicamento, el antidrepresivo Citalopram, uno de cuyos incómodos efectos secundarios son los gases.
Despedida por estar demasiado buena
La empleada: Debrahlee Lorenzana
El jefe: La oficina central de Citigroup en Nueva York.
El motivo: Vestir demasiado sexy, según la empresa, a tenor de las protestas de sus compañeros de trabajo.
La tropelía: La empresa prohibió a Lorenzana llevar vestidos ajustados e incluso pintarse, porque distraía al resto del personal. Peor aún, la despedida se enteró más tarde de que fue contratada precisamente por su belleza física, con la intención de captar clientes para el banco.
Despedido por estrellarse en un camión sin frenos.
El empleado: Leonardo Escobar, camionero
El jefe: Trans Number, empresa de transportes en las Islas Baleares.
El motivo: Leonardo estuvo a punto de morir en un accidente con el camión y recibió la notificación de despido en el hospital, horas después del accidente.
La tropelía: La empresa asegura que el camionero iba deprisa para salir antes, pero tanto Escobar como sus compañeros sostienen que habitualmente circulan sin frenos traseros con la connivencia de la empresa.
Despedido por cantar en un grupo de Death Metal
El empleado: Thomas Gurrath, profesor de filosofía.
El jefe: Escuela secundaria de Stuttgart, Alemania.
El motivo: En sus ratos libres Gurrath se convertía en La Bestia Sangrienta, el cantante/personaje que lideraba la banda de death metal Debauchery.
La tropelía: “Resulta preocupante pensar que el mismo individuo que componía esas canciones estaba enseñando a nuestros hijos”, dicen los padres.
Despedido por “robar” 2 céntimos de electricidad para el Segway
El empleado: Oliver Beel, 19 años en la empresa, hora y media “robando” vatios.
El jefe: Una empresa informática alemana.
El motivo: “Robar” a la empresa 1,8 céntimos de electricidad para el Segway.
La tropelía: Todo el mundo carga su móvil en el trabajo. Un Segway jala más pero… eran dos céntimos!
Despedido por hacer un comentario en Twitter
El empleado: Felipe Milánez, editor de fotografía de National Geographic en Brasil.
El jefe: National Geographic.
El motivo: Escribir un twit en su cuenta personal criticando un reportaje de la revista Veja, también brasileña, sobre Bolivia.
La tropelía: El reportaje “La farsa de la nación indígena” niega “que Bolivia sea un país indígena. Además, acusa a Evo Morales, de todos los males de Boliva esgrimiendo cifras más que dudosas y poco contrastadas”, según cuenta Alfa Centauro.
Despedida por enseñar sus pechos nuevos a las compañeras de oficina.
La empleada: Una trabajadora recién operada y orgullosa de sus pechos
El jefe: El grupo de medios de comunicación Condé Nast, que abarca revistas como ‘GQ’, ’Vogue’ y ‘Glamour’ y que basan sus portadas en mujeres de curvas turgentes.
El motivo: Encerrarse en su despacho, abrirse la blusa y enseñar sus pechos recién puestos a unas compañeras para que le diesen su opinión.
La tropelía: Los comentarios sobre el resultado fueron tan positivos que pasaron al despacho de al lado y un compañero gay chismeó a Recursos Humanos. A los dos días recibió la carta de despido en base a una “información adicional” que no lograron especificar.
Despedidas por recoger comida que iba a tirarse a la basura
El empleado: Varias empleadas del Mercadona de Donosti de los Reyes.
El jefe: Mercadona, empresa ejemplar.
El motivo: “Robar” comida de la basura que, según la empresa, causó pérdidas económicas por valor de medio millón de euros.
La tropelía: El supuesto robo, según el sindicato CNT, era en realidad la pretensión de repartir entre los pobres la mercancía que iba a tirar el supermercado.
Despedida por impuntualidad al estar en coma.
La empleada: Sandra Tejero, pescadera de Barcelona.
El jefe: El Punt del Peix, una cadena de tiendas de venta de pescado minorista con sede en la localidad de Palau Solità i Plegamans.
El motivo: El artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores, que cita como motivo para echar a un empleado las faltas injustificadas de asistencia al puesto de trabajo.
La tropelía: Sandra sufrió un accidente de moto que la dejó en coma durante tres meses. Durante ese tiempo la empresa recibió las bajas de la trabajadora cada semana. Aunque sus jefes estaba debidamente informados, no dudaron en mandarle la carta de despido por “faltar repetidamente al trabajo e impuntualidad”.// Notinerd (COM)
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