1. No les pagan hasta que se cierra la puerta: Aunque los sobrecargos llegan temprano al aeropuerto y acomodan a los pasajeros en sus lugares, no se les paga nada de eso. A la tripulación de auxilio se les paga sólo por las “horas de vuelo”, es decir, hasta que la puerta se cierra y el avión comienza a moverse. Así que las cancelaciones y los retrasos los afectan más que a los pasajeros mismos. No obstante, los sobrecargos obtienen un subsidio para gastos de uno a 50 dólares por hora.
2. Competencia feroz: Cuando la aerolínea Delta anunció 1,000 plazas vacantes en 2010, se recibieron más de 100 mil solicitudes. La mayoría de aquellos solicitantes que fueron entrevistados tenían títulos universitarios. En realidad no se necesita uno para obtener un puesto. Ser multilingüe; también tener experiencia en servicio al cliente (especialmente en restaurantes) o haber trabajado para otra línea aérea, da más oportunidad.
El 4 % de quienes reciben una llamada deben pensar en los pros y contras de este trabajo. Heather asegura que las personas deben estar consientes de que los aeromozos no deben tener problemas en viajar a cualquier lugar y ser capaces de sobrevivir con cerca de 200 mil dólares anuales.
3. ¿Cuestión de altura? En la década de los 60, existían ciertos requisitos para ser una azafata: No medir menos de 1.60 metros, no pesar más de 58 kilos, no tener más de 32 años, no estar casada y no tener hijos. Como resultado, la mayoría de las mujeres sólo duraba 18 meses en el trabajo. En la década de 1970, la organización de los derechos de las mujeres azafatas forzó a las aerolíneas a cambiar sus requerimientos. Lo primero fue la edad de jubilación. En los 80, la restricción del matrimonio despareció. Aunque las restricciones referentes al peso desaparecieron hasta los 90.
Hoy en día, los sobrecargos sólo deben de aprobar un programa de formación anual, para mantener su trabajo. Actualmente, las reglas son acerca de la seguridad: deben poder sentarse en el asiento plegable sin necesidad de utilizar un cinturón de seguridad ampliado y deben caber a través de la ventana de salida de emergencia. En cuanto a la altura: deben ser suficientemente altas o altos para agarrar el equipo de los compartimentos superiores, pero no demasiado para golpearse la cabeza en el techo. Hoy en día, eso significa entre 1.61 y 1.85 metros, dependiendo de la aeronave.
4. Causa de despido: Los recién contratados están a prueba por un periodo de seis meses. Heather Poole cuenta que ella conoció a un compañero que fue despedido por usar un suéter amarrado a su cintura. Otro nuevo empleado fue despedido por querer volar a casa de forma gratuita. Pero la violación más grande para los sobrecargos es volar enfermos. En caso de hacerlo, esto es motivo de despido inmediato.
5. Coca Light es el Némesis: De todas las bebidas, toma mucho más tiempo servir la Coca-Cola Light en un vaso debido a la altura y a la efervescencia. Heather asegura que en el tiempo que le toma servir un solo vaso de Coca-Cola Light, podría servirle a tres pasajeros una bebida diferente.
6. ¿Muerto a bordo?: Alguna vez un pasajero trató de abordar un vuelo con su madre muerta en el interior de una bolsa de ropa. ¿Por qué alguien haría algo así? Es muy costoso transportar los cuerpos humanos. Los precios varían según el destino, pero trasportar un cadáver puede llegar a costar hasta 5,000 dólares. Poole detalla que ella nunca ha experimentado la situación de un pasajero muerto a bordo, pero que una de sus compañeras sí y el avión tuvo que aterrizar de emergencia a la mitad del camino.
Oficialmente nadie muere en vuelo a menos que haya un médico a bordo para hacer el pronunciamiento. En estas raras ocasiones, el equipo hará todo lo posible para manejar la situación con sensibilidad y respeto. Desafortunadamente, la mayoría de los vuelos están llenos, por lo que no siempre es posible mover un pasajero “incapacitado” hacia una fila vacía de asientos. Los aviones de Singapore Airlines cuentan con un “armario de cadáver”, un compartimiento para almacenar un cadáver en dado de una muerte en el cielo.
7. ¿Fantasía o cliché?: Por lo general, que se forme una larga fila esperando para usar el baño delata que algo anda mal. Nueve de cada 10 veces, es un pasajero que solicita a los sobrecargos su apoyo. Estrictamente hablando, no es contra la ley tener relaciones sexuales dentro del baño de un avión. Pero sí es contra la ley desobedecer las órdenes de los miembros de la tripulación. Así que si se te da una orden más vale que la cumplas o terminarás en la cárcel.
8. Contra la trata de personas: “Cuando empecé a volar, nunca soñé que estaría trabajando con la policía, pero se ha convertido en una parte importante del trabajo”, dice Heather. Esta función comenzó con Sandra Fiorini, azafata de American Airlines que testificó ante el Congreso acerca de un joven de 18 años de edad, pasajero masculino que llevaba a un recién nacido con el cordón umbilical. Sin una madre a la vista, sólo una botella de leche y dos pañales pegados en el bolsillo para un vuelo de seis horas. Fiorini reportó sus sospechas a las autoridades, pero no obtuvo respuesta.
En 2007, Fiorini conoció a Deborah Sigmund, fundadora de la Organización Inocentes en Riesgo, ambas comenzaron a trabajar en conjunto para capacitar a los empleados de las aerolíneas en detectar sospechosos. En 2011, cientos de sobrecargos realizaron labor de asistencia para ayudar a la policía el tráfico de personas.
9. Carrera profesional: La permanencia y movilidad en el trabajo no se limita a determinar qué rutas se volarán y que día se despegará, sino la antigüedad que hace la diferencia entre la parte superior o inferior del avión y lo lejos en que esté la habitación de zonas ruidosas, como puertas o escaleras.
La antigüedad incluso determina la longitud de las faldas. No se puede utilizar la falda hasta cierto largo si no hasta después del tiempo de prueba. Después se puede subir un poco. Así, los compañeros saben quienes son las “nuevas” gracias al largo de sus dobladillos.
10. Turbulencia de verdad: Más de 2 millones de personas vuelan en los Estados Unidos cada día, y sin embargo, desde 1980, sólo tres personas han muerto como resultado de la turbulencia. De esas muertes, dos pasajeros no llevaban puestos sus cinturones de seguridad. Durante ese mismo período de tiempo, la Administración Federal de Aviación registró poco más de 300 heridos graves de turbulencia, y más de las dos terceras partes de las víctimas eran sobrecargos. Hay más probabilidades de sufrir lesiones por caída del equipaje que por falta de aire, cuenta Poole.
En algunas aerolíneas, las lesiones sufridas por un sobrecargo no son consideradas como accidentes laborales, a menos que sucedan durante lo que se conoce como ” turbulencia extrema”, donde el capitán pierde el control del avión o la nave ha sufrido daños estructurales.// Que pasa en Venezuela (COM)
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