El mundo en el que vivimos, con un continuo progreso tecnológico ha provocado que Internet sea prácticamente necesario para nuestra existencia. Tanto en los ordenadores de casa, del trabajo, en las tabletas o en los smartphones disponemos de servicios de conexión a Internet para disponer de él en cualquier momento y en cualquier lugar.
Sin embargo, un uso excesivo de esta herramienta tan útil, puede dar lugar a unos resultados muy malos para nuestra vida social y para nuestra propia salud. Ya que puede llegarse a considerar Internet como una droga. Repasamos cada punto en cuestión.
El email nos vuelve adictos
La invención del correo electrónico ha revolucionado el mundo de la comunicación, ya que además de ahorrar mucho papel destinado a las cartas escritas a mano, tanto las empresas como el resto de personas tienen la capacidad de comunicarse con su interesado de forma inmediata.
En este caso se produce un fenómeno que se asemeja a las máquinas de juego. Si en las tragaperras continuamente introducimos una moneda con la esperanza de recibir recompensa, en el email lo que hacemos es consultarlo para ver si recibimos un correo interesante.
Si continuamente actualizamos nuestra bandeja de entrada o consultamos los correo desde nuestro dispositivo móvil, no hay lugar a duda que nos hemos convertido en unos adictos al email.
Más miserables con Facebook
Desde su popularización, se ha advertido de los peligros de Facebook si lo usamos con compulsión. Sin embargo, después de unos estudios científicos, las consecuencias que nos aporta la red social son más preocupantes de lo que podíamos imaginar.
Un estudio conjunto entre Estados Unidos y Bélgica ha demostrado que nuestro estado de ánimo varía cada vez que entramos en la red social. Y una sola visita a la página principal, equivale a observar un cachorro ser maltratado durante cuatro horas. Además, la tendencia es que cada uno de los usuarios inflen sus perfiles de los logros personales, provocando un sentimiento de envidia hacia los demás.
Twitter incrementa la ira
Un estudio chino ha demostrado que las noticias o comentarios publicados a través de Twitter, hacen que incrementamos nuestro sentimiento de ira, terminando con el resto de sentimientos. De este modo, podemos reaccionar de forma errónea delante de una situación en la que no deberíamos enfadarnos pero sí lo hacemos.
En definitiva, el uso abusivo de Twitter nos hace menos felices y nos enfurece más delante de cualquier circunstancia.
Se incrementa el racismo con Facebook
Otro estudio científico consistió en crear un perfil de Facebook falso y realizar a través de él una serie de declaraciones de todo tipo. Los voluntarios debían acceder a su perfil y quedarse con una de sus declaraciones, mostrando su apoyo con “Me gusta“.
La declaración más votada fue la que asegura que las personas blancas son superiores a los demás, la más racista de todas. Como conclusión se sacó que los usuarios de Facebook que pasan más horas en él, son propensos a ser racistas, o bien que los racistas tienden a pasar más horas en Facebook.
Sacrificamos parte de nuestro cerebro
Está demostrado que el uso de Internet hace que mejoremos algunas partes de nosotros, como es la denominada alfabetización visual. Sin embargo, para que se produzca esta mejora en nuestro cerebro, él mismo debe sacrificar otras partes.
De este modo, puede que cultivemos una mayor alfabetización visual, pero por otro lado perdamos capacidades para imaginar o para los pensamientos críticos, dos aspectos mucho más importantes que el nombrado.
Se modifican los circuitos de nuestro cerebro
A través de un experimento, se ha determinado que las personas que usan de forma continua Internet y las redes sociales, especialmente Facebook, tienen una relación directa entre sus contactos y la cantidad de materia gris en ciertas partes del cerebro, así como de propensión al autismo.
De este modo, podría ser que tanto las redes sociales como la red sean capaces de modificar los circuitos internos de nuestro cerebro.
Las empresas influyen en nosotros
Hace tiempo que apareció el denominado “Astroturfing“, el hecho de que millones de empresas contactan con nosotros a través de perfiles inventados o planos camuflados para hacernos cambiar de opinión acerca de todo tipo de actos, como a quién votar, con qué compañía viajar, etc.
Un fenómeno preocupante pero todavía es más preocupante que funciona, ya que un estudio ha desvelado que a través de cuestionarios, imágenes y más herramientas, las empresas hacen que dudemos de nuestros propios ideales.
Más extremismo
Los medios de comunicación social a través de la red provocan un incremento del extremismo en todo el mundo. Hace que la sociedad apueste por blanco o por negro, teniendo la opción de una postura más intermedia.
Tanto Twitter, como las demás redes sociales, así como los foros públicos, son los protagonistas de que este hecho sea una realidad.
Una adicción tan peligrosa como la heroína
Todavía no está dictaminada como enfermedad mental, pero hay ciertas personas que necesitan Internet todo el tiempo. En el caso de no poderse conectar, sufren síntomas de abstinencia, mientras que si lo logran, reaccionan con un proceso en su cerebro calcado al que produce la heroína, una de las drogas más peligrosas.
Las redes sociales destruyen nuestra empatía
Actualmente los estudiantes jóvenes en general son menos propensos a sentir por los demás, a preocuparse por los demás, e incluso a percibir los pensamientos de las demás personas, si los comparamos con el mismo grupo social de hace treinta años.
A ciencia cierta no se sabe el porqué pero las redes sociales y el Internet pueden ser los causantes de esta situación.
Aunque muchos de los estudios no confirman que realmente sea así, debemos preguntarnos si realmente estamos aprovechando el potencial de Internet o estamos resultando perjudicados por su uso excesivo.// Ella hoy (ES)
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