1. El tamaño sí importa
La tapa no es un tipo de gastronomía… no es un tipo de plato, ni un tipo de producto concreto, ni una preparación… De hecho, cualquier elaboración culinaria, desde la más simple hasta la más elaborada, es susceptible de convertirse en una tapa. La única condición es el tamaño. Las tapas no son más que cocina en miniatura, un bocado individual. Para comer de ‘tapeo’… el tamaño sí importa.
2. Elaboración
La tapa requiere de alguna elaboración… por poca que sea. De modo que olvídate… si pensabas recibir a unos amigos en casa y servirles unas rodajas de embutido, unas patatas fritas y unas aceitunas, no podrás decir que la merienda consiste en unas tapas.
En efecto, la aceituna está en la esencia de la tapa y no puede faltar… pero unas aceitunas manzanilla o de Camporeal recién compradas no constituyen una tapa. Ahora bien, una vez aliñadas, con un buen aceite, con unas hierbas aromáticas o especias… entonces sí, estaremos ante una estupenda tapa. …y a partir de ahí, la tapa puede ser tan compleja y elaborada como tu imaginación te permita.
3. Maridaje
La tapa nación como el humilde acompañamiento de los vinos… aunque con el tiempo fue cobrando protagonismo hasta casi eclipsar a la bebida. Pero no olvidemos su importancia. Cada tapa requiere un maridaje diferente. Se puede acompañar de cualquier tipo de vino, blanco o tinto, incluso dulce, cavas y champagnes y, por supuesto, cerveza y vermut. El agua, por supuesto, queda prohibida.
4. Variedad
El tapeo es, según la definición de la Real Academia Española “tomar tapas en bares y tabernas”. Y cuando vamos de tapeo con los amigos, generalmente vamos de bar en bar, y en cada uno tomamos una o varias tapas diferentes, cada una con su trago específico. Y cambiamos de bar. La variedad está en la esencia del tapeo. Así que preparas un tapeo en casa, no hagas muchas unidades de la misma tapa… sino unas cuantas (al menos una por cada comensal) pero de muchos tipos de tapas.
5. Formatos y vajillas
Hay casi tantos tipos de tapas como comensales…. Una tapa puede ser una tartaleta, una tosta, un cucurucho, un vasito, un pincho, un platito pequeño… la variedad es infinita. Cada tipo de elaboración requiere una forma de presentación y una vajilla.
6. Cocina española …y de todo el mundo
La tapa es genuinamente española y mundialmente conocida. Es, de hecho, uno de unos activos más potentes y conocidos, y un imán para el turismo. Sin embargo, el hecho de que la tapa sea española, no quiere decir que una tapa solo pueda hacerse con cocina española. Por supuesto, una bocado de tortilla de patatas, un vasito de salmorejo o una tartaleta con rabo de toro son magníficas tapas. Pero también se pueden elaborar tapas con cualquier plato, de cualquier rincón del mundo.
7. Informal
El tapeo es, en esencia, informal. Es absolutamente incompatible con una comida formal y protocolaria: cubiertos para cada plato, manteles de hilo, copas, asientos establecidos. Las tapas se comen de pie, junto a la barra del bar, en muchas ocasiones con la mano… y a ser posible, entre risas y charla.
8. En buena compañía
Por supuesto que una persona sola puede comerse una tapa en un bar… pero no es lo mismo. No estará igual de rica. El tapeo implica conversación, informalidad, vida social, charla, risas, amigos… El tapeo es más un acto social que una forma de comer… hasta el punto de que, el verdadero alimento del tapeo, es la conversación más que la comida.
9. Nomenclatura y otros vericuetos lingüísticos
Tapa, bocado, picoteo, pincho, pintxo, montadito, tentempié, aperitivo, poteo, botana o alifara… da igual como lo llamemos. En realidad estamos hablando de lo mismo. Si se trata de comida en formato reducido, ir de tapas con los amigos, o ir de pintxos la cuadrilla… es exactamente lo mismo. Ahora bien, las raciones sí son algo diferente. Una ración es un plato que se toma entre varias personas, compartiéndolo.
10. No es dulce
Las tapas pueden servir de aperitivo previo a la comida, o pueden constituir una comida en sí misma. En ese caso, es muy probable terminar con un postre… pero el postre siempre será el postre y no una tapa dulce. Un bombón, un pastelito… son pequeños bocados dulces… pero no tapas. Una tapa es, en esencia, salada.
Estos 10 mandamientos se encierran en 2: amarás y respetarás al tapeo sobre toda la gastronomía, y loregarás con un buen vermú, cerveza o vino.// Demos la vuelta al día (COM)
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