Cada 21 de diciembre al amanecer, la luz empieza poco a poco a inundar la cámara funeraria de Newgrange, logrando hacerse paso a través de todos los recovecos de un pasillo construido en piedra de unos 19 metros de longitud. Una multitud se congrega en el interior de esta construcción, la tumba funeraria más conocida de Irlanda, para ver este increíble espectáculo. Newgrange forma parte (junto con Knowth y Dowth) del complejo arqueológico conocido como Brú na Bóinne (literalmente palacio del Boyne en gaélico irlandés), situado en la costa este de Irlanda, a unos 40 kilómetros de la capital,Dublín. Para visitar el lugar hay que pasar antes por el centro de visitantes, del que salen autobuses de forma regular.
Newgrange, que es además el observatorio solar más antiguo del mundo, data del año 3.200 antes de Cristo y su origen aparece envuelto en el misterio, como el de otras construcciones megalíticas tan famosas como Stonehenge. Si se visita cualquier otro día del año, se podrá ver un simulacro realizado con luz artificial, que busca dar una idea del original. Lo que es evidente es que esta imponente construcción fue diseñada por una civilización muy avanzada, tanto a nivel ingeniero como artístico. Solo para construir el túmulo se utilizaron 200.000 toneladas de piedra.
La restauración de Newgrange, realizada el siglo pasado, permite al viajero conocer de primera mano todos los misterios de este lugar, al que se le han dado diversas interpretaciones a través de la historia. Según la sabiduría popular celta, los legendarios Reyes de Tara fueron enterrados aquí, aunque Newgrange date de una fecha anterior. La colina de Tara, lugar mítico y centro de espiritualidad de la Irlanda celta, puede visitarse en uno de los muchos tours guiados que también nos llevarán a Newgrange.// El País (COM)
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