Su estudio se remonta a la segunda mitad del siglo XX, cuando científicos, médicos y nutricionistas empezaron a analizar las diferencias entre la alimentación estadounidense y la de los países del sur de Europa. Por la menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y obesidad -debido al consumo de ácidos grasos monoinsaturados como los del aceite de oliva y los ?-3 del pescado azul-, la dieta mediterránea comenzó a ser considerada la mejor opción para una alimentación equilibrada y saludable. Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO el 16 de noviembre de 2010, a continuación, los 10 motivos que convierten la dieta mediterránea en la mejor.
Sana y equilibrada. Frutas frescas, vegetales, pescado –sobre todo azul-, carnes no grasas, granos, frutos secos, aceite de oliva y legumbres constituyen la enorme variedad y riqueza de la dieta. Huevo, carnes rojas y manteca, solo en pequeñas dosis.
Productos frescos y de temporada. La dieta mediterránea aboga por el consumo de lo qué está disponible aquí y ahora. Consumir frutas y vegetales de estación asegura calidad y además genera un contacto directo con la producción local.
Grasas buenas vs. grasas malas. En lugar de mantequilla, la dieta mediterránea se inclina por el aceite de oliva, protagonista absoluto de la gastronomía española, italiana y griega que, debido a la presencia de ácidos grasos monoinsaturados, se constituye como un tipo de grasa más saludable.
Grasas buenas vs. grasas malas. En lugar de mantequilla, la dieta mediterránea se inclina por el aceite de oliva, protagonista absoluto de la gastronomía española, italiana y griega que, debido a la presencia de ácidos grasos monoinsaturados, se constituye como un tipo de grasa más saludable.
Sazonar mejor. Se trata de una dieta que limita la sal. Uno de los motivos es que al sazonar los platos se usan hierbas y especias, lo cual permite adquirir nutrientes y disminuir la ingesta de sal. Del mismo modo, reduce el consumo de azúcares y harinas blancas, inclinándose por frutas y grano integral
El vino está OK. La dieta mediterránea no solo permite el vino, sino que lo recomienda. resveratrol, polifenoles y flavonoides son algunas sustancias antioxidantes que una moderada ingesta de vino asegura.
Limitar la carne roja. Elemento central de la dieta de algunos países americanos como Argentina y Estados Unidos, al reducir la ingesta de carnes rojas y al preferir carnes magras en su lugar, se reduce el riesgo de sufrir varias enfermedades, entre ellas la coronaria. Además, mejora el colesterol
Limitar la carne roja. Elemento central de la dieta de algunos países americanos como Argentina y Estados Unidos, al reducir la ingesta de carnes rojas y al preferir carnes magras en su lugar, se reduce el riesgo de sufrir varias enfermedades, entre ellas la coronaria. Además, mejora el colesterol
Poca obesidad. El tipo de grasas –monoinsaturadas-, la pequeña dosis de carnes rojas, de azucares y harina refinadas, el consumo de verduras y legumbres son algunos de lo motivos por los que el índice de obesos es muy bajo entre quienes siguen la dieta mediterránea. Disminuye el consumo de calorías y aumenta el de fibras.
Es fácil. La Mediterránea s una dieta fácil de seguir. Los platos son rápidos y sencillos de preparar.
Antioxidantes. No solo el vino los contiene. En general, este tipo de dieta tiene una marcada presencia de antioxidantes. Algunos alimentos que los contienen: olivo, ajo, arroz, coliflor, brócoli, berenjena, cebolla, cítricos, tomates, vid, romero
Un estilo de vida. Abrazar la dieta mediterránea es una manera de abrazar un estilo de vida más natural. Nada de alimentos procesados, endulzantes artificiales, frutas tropicales fuera de estación.// Planeta Joy (COM)
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