Nociva para el metabolismo y peligrosa en varios sentidos, el
azúcar agregado es probablemente el peor ingrediente en la dieta occidental.
Aquí, algunas razones para evitarla.
1. No contiene nutrientes esenciales y es mala para los
dientes
Los azúcares agregados, como la sacarosa y el jarabe de maíz de
alta fructosa, contienen muchas calorías sin ningún nutriente esencial. No tiene
proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas o minerales, sólo pura
energía.
Cuando una persona consume hasta 10 o 20 % (o más) de calorías
de azúcar, esto puede convertirse en un gran problema y contribuir a
deficiencias en nutrientes.
El
azúcar es también mala para los dientes porque provee energía fácilmente
digerible para las bacterias nocivas en la boca .
Resumiendo: el azúcar contiene muchas calorías y ningún
nutriente esencial. Causa también problemas dentales alimentando a las bacterias
bucales.
2. Es alto en fructosa, la cual sobrecarga al
hígado
Antes de entrar al torrente sanguíneo desde el aparato
digestivo, el azúcar se divide en dos azúcares simples: glucosa y fructosa.
La glucosa se encuentra en cada célula viva del planeta. Si no
la incorporamos mediante la dieta, el cuerpo la produce.
La fructosa es diferente. El organismo no la produce en ninguna
cantidad significativa y no hay ninguna necesidad fisiológica de ella. Y sólo
puede ser metabolizada por el hígado en cantidad limitada.
Esto no es problemático si se consume poca (por ejemplo, la que
contienen las frutas) o recién se finaliza una sesión de ejercicios. En ese
caso, la fructosa se transformará en glucógeno y será guardada en el hígado
hasta que se necesite.
Sin embargo, si el hígado está lleno de glucógeno (lo cual es
mucho más común) consumir mucha fructosa lo sobrecarga, forzando a convertirla
en grasa.
Y cuando se consumen grandes cantidades de azúcar de manera
repetida, este proceso puede llevar a desarrollar hígado graso y una larga serie
de problemas serios .
Hay que tener en cuenta que nada de esto se aplica a las
frutas, ya que es casi imposible consumir fructosa en exceso comiendo fruta.
Resumiendo: para personas inactivas que consumen una
dieta occidental estándar, grandes cantidades de fructosa provenientes de azúcar
agregado pueden convertirse en grasa dentro del hígado.
3. Sobrecargar el hígado con fructosa puede causar
hígado graso no alcohólico
Cuando la fructosa se convierte en grasa dentro del hígado, es
transportada hacia el exterior en forma de partículas de colesterol VLDL.
Sin embargo, no toda la grasa se expulsa del hígado, parte de
ella puede quedar alojada. Y esto puede causar hígado graso no alcohólico, un
problema creciente en países occidentales, el cual se asocia fuertemente con
enfermedades metabólicas .
Los estudios muestran que los individuos con hígado graso
consumen entre dos y tres veces más fructosa que una persona estándar .
Resumiendo: el exceso de fructosa se convierte en grasa,
que puede ser alojada en el hígado y causar hígado graso no alcohólico.
4.
Produce resistencia a la insulina, un paso crítico hacia el síndrome metabólico
y la diabetes
La insulina es la hormona que permite al azúcar ingresar a las
células desde el torrente sanguíneo mientras les ordena que comiencen a quemar
glucosa en vez de grasa.
Tener demasiada glucosa en la sangre es altamente tóxico y una
de las razones detrás de ciertas complicaciones de la diabetes, como la
ceguera.
Y uno de los principales rasgos de la disfunción metabólica
causada por la dieta occidental es que la insulina deja de trabajar como debería
y las células se vuelven resistentes a ella.
Esto se conoce como resistencia a la insulina, y se cree que es
una causa clave detrás de varias enfermedades, incluyendo el síndrome
metabólico, la obesidad, los problemas cardiovasculares y la diabetes tipo 2
.
Y muchos estudios muestran que el consumo de azúcar está
asociado con la resistencia a la insulina, especialmente cuando se consume en
grandes cantidades .
Resumiendo: cuando las personas consumen mucha azúcar,
puede causar resistencia a la insulina, lo cual puede contribuir a muchas
enfermedades.
5. La resistencia a la insulina puede progresar a
diabetes tipo 2
Cuando las células se vuelven resistentes a los efectos de la
insulina, las células beta en el páncreas comienzan a producir más. Esto es
crucial, porque los niveles crónicamente elevados de azúcar en sangre pueden
causar problemas severos.
Eventualmente, mientras la resistencia a la insulina se vuelve
peor, el páncreas no puede sostener la demanda de producir la insulina
suficiente para mantener los niveles de azúcar bajos.
En este punto, el azúcar en sangre se eleva súbitamente y un
diagnóstico de diabetes tipo 2 es inminente.
Y considerando que el azúcar puede causar resistencia a la
insulina, no sorprende que las personas que consumen bebidas endulzadas pueden
tener un riesgo hasta 83 % mayor de sufrir diabetes tipo 2.
Resumiendo: de la mano de sus efectos nocivos en las
funciones de la insulina, el consumo de azúcar agregado puede llevar a diabetes
tipo 2.
6. Favorece al cáncer
El cáncer está causado por la multiplicación y el crecimiento
descontrolado de células. Y la insulina es clave en la regulación de este
comportamiento celular.
Por esta razón, muchos científicos piensan que los niveles de
insulina altos (una consecuencia del consumo de azúcar) podría contribuir al
cáncer .
Adicionalmente, los problemas metabólicos asociados con el
consumo de azúcar son una causa probada de inflamación, la cual también favorece
potencialmente la aparición del cáncer .
En este sentido, estudios múltiples muestran que las personas
que consumen demasiado azúcar tienen un riesgo mucho más elevado de sufrir
cáncer.
Resumiendo: hay evidencias considerables de que el
azúcar, debido a sus efectos nocivos sobre el metabolismo, puede contribuir al
cáncer.
7. Debido a sus efectos sobre las hormonas y el
cerebro, tiene efectos promotores de la acumulación de grasa
Alimentos diferentes pueden tener efectos diferentes en el
cerebro y en las hormonas que controlan la ingestión de comida .
Y los estudios muestran que la fructosa no tiene la misma clase
de efectos en la saciedad que la glucosa.
En un estudio, un grupo de personas bebió alternativamente
bebidas endulzadas con fructosa o con glucosa. Luego, los que bebieron fructosa
tuvieron una actividad mucho menor en los centros de saciedad del cerebro y se
sintieron más hambrientos.
Hay también un estudio en el cual la fructosa no hizo descender
la hormona ghrelina, reductora del apetito, de la misma manera en la que sí lo
hizo la glucosa .
Con el tiempo, y como las calorías del azúcar no sacían, esto
puede traducirse en un consumo elevado de calorías.
Resumiendo: la fructosa no causa saciedad en el cerebro
o reduce la hormona de la saciedad (ghrelina) tanto como la glucosa.
8. Causa una emisión masiva de dopamina en el cerebro
y, por lo tanto, es muy adictiva
Al igual que muchas drogas, el azúcar causa que se libere
dopamina en el cerebro . El problema con el azúcar y con muchas comidas chatarra
es que causa una emisión masiva de esta hormona, mucho mayor a la que el
organismo está usualmente expuesto de manera natural .
Por esta razón, las personas susceptibles a la adicción pueden
volverse fuertemente adictas al azúcar y a otras comidas chatarra .
Así, el mensaje “consumir con moderación” podría ser una mala
idea para la gente adicta a la comida chatarra, porque lo que realmente funciona
contra la verdadera adicción es la abstinencia.
Resumiendo: como el azúcar causa una gran liberación de
dopamina en el cerebro, puede causar adicción.
9. Contribuye a la obesidad en niños y
adultos
La manera en la que el azúcar afecta a las hormonas y el
cerebro es una receta para ganar peso. Lleva a disminuir la saciedad y puede
hacer que las personas pierdan el control sobre su consumo.
Así, no sorprende que las personas que consumen mucha azúcar
son las que más tienden a volverse obesas. Esto se aplica a todos los grupos
etarios.
Muchos estudios han examinado el vínculo entre consumo de
azúcar y obesidad, encontrando una fuerte asociación estadística.
Este vínculo es especialmente fuerte en niños, en quienes cada
porción de bebidas endulzadas con azúcar está asociada con un 60 % de aumento en
el riesgo de obesidad.
Así, una de las elecciones más importantes que se pueden tomar
para perder peso es reducir significativamente el consumo de azúcar.
Resumiendo: de la mano de sus efectos en las hormonas y
el cerebro, el azúcar aumenta de manera dramática el riesgo de obesidad.
10. Eleva el colesterol y el riesgo de enfermedades
cardíacas
Por varias décadas, se ha culpado a las grasas saturadas por
problemas cardíacos. Sin embargo, nuevos estudios muestran que las grasas
saturadas son inocuas.
Y la evidencia muestra que es el azúcar, no la grasa, una de
las causas principales detrás de las enfermedades del corazón, y la causa son
los efectos de la fructosa en el organismo.
Algunos estudios muestran que las grandes cantidades de
fructosa pueden elevar los triglicéridos y el colesterol LDL denso y pequeño y
el LDL oxidado (ambos nocivos), además de subir la glucosa en sangre, los
niveles de insulina y la obesidad abdominal. Y todo esto en apenas 10
semanas.
No sorprende, entonces, que muchos estudios observacionales
hayan encontrado una fuerte asociación estadística entre el consumo de azúcar y
el riesgo de enfermedades cardiovasculares .
Para tener en cuenta
Para las personas que no pueden tolerarlo, el azúcar agregado
es increíblemente dañino. Y las calorías vacías son sólo la punta del
iceberg.// El Nuevo Herald (COM)
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