2015: El desempleo golpea a América Latina, al subir por primera vez en cinco años

Al menos 1.7 millones de personas quedaron desempleadas en 2015 en América Latina y el Caribe, región que anotó un índice de desocupación promedio de 6.7%, el mayor en cinco años y con Brasil como principal responsable.

En 2014, el índice se encontraba en 6.2%. Para 2016 se espera que el desempleo se ubique en 6.9% a consecuencia de la desaceleración en la región, según el informe Panorama Laboral, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentado este jueves en Lima.

El aumento del desempleo en la región se explica por un cambio de tendencia en los indicadores de empleo, con un deterioro en la situación laboral de las mujeres y los jóvenes e indicios de que podría estar subiendo la informalidad, a través de generación de empleos de menor calidad.

Más de la mitad de los nuevos desocupados son mujeres
Según José Manuel Salazar, director regional de la OIT, "los efectos acumulados de la desaceleración económica que se inició hace tres o cuatro años y que se profundizó en 2015 pueden describirse como una crisis en cámara lenta".
Desempleo en LatAmEl director de la OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar, explicó que el incremento de la desocupación se traduce en 19 millones de desempleados en la región.
"Es una realidad que debe preocupar porque indica que esta crisis a cámara lenta iniciada hace cuatro años está llegando a los mercados laborales y en 2016 se sentirán los deterioros más profundos aunque las predicciones económicas para ese año mejoren marginalmente", comentó Salazar.
Alerta en Brasil
El informe detalla que la desocupación ha aumentado en seis de los 17 países para los que se cuenta con información. El incremento total se explica porque uno de estos países es el más poblado de la región: Brasil.

La mitad de los latinoamericanos que se quedaron desempleados en 2015 son de Brasil, que lidera la destrucción de empleo de la región tras incrementar en un punto y medio porcentual su tasa de desocupación, que pasó del 6.9% en 2014 al 8.4% en 2015.
"Brasil tiene un peso enorme en los promedios porque representa el 40% del producto interior bruto de la región y casi el 40% de la población ocupada de América Latina", apuntó Salazar.
Además de la desaceleración económica mundial, "la situación (de crisis) política agrega dificultades en Brasil", que representa en el mercado laboral un 40% del total de la región, agregó Salazar.

Unos 40 millones de personas salieron de la pobreza en Brasil desde 2003, en gran parte gracias a políticas de distribución de renta aplicadas en los dos gobiernos de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-10) y Dilma Rousseff, que lo sucedió.

En paralelo, el alto precio de las materias primas gracias a la demanda china apuntalaba el crecimiento de Brasil, un actor de primera línea mundial en la exportación de commodities como el mineral de hierro, la carne o el café.

Pero la buena racha se acabó y, además de la crisis en los precios de las materias primas, el país se ve sumido en una crisis política y de corrupción que ha puesto contra las cuerdas a Rousseff. Su economía, en recesión, se contraerá un 3% en 2015.

Por regiones
El desempleo en Suramérica aumentó del 6.8% de 2014 al 7.6% en 2015, donde el Cono Sur registró una subida del 7 al 8% si se tiene en cuenta a Brasil y un descenso del 7 al 6.7% si se excluyen los datos del mercado laboral brasileño.

El Caribe, por su parte, aumentó su tasa de desempleo del 8.2% al 8.5%, mientras que Centroamérica y México registraron un descenso de la desocupación, del 5.2% del pasado año al 4.8% en 2015.

Mujeres y jóvenes
El informe Panorama Laboral 2015 de la OIT alertó además que 900,000 de los 1.7 millones de nuevos desempleados de Latinoamérica son mujeres, cuya tasa de desocupación se incrementó al 8.2% al tercer trimestre del presente año.

El desempleo juvenil también subió después de dos años seguidos en descenso y esta tasa de desocupación triplicó a la de los adultos, al situarse en el 15.3%.
"Llamamos la atención para desarrollar políticas de corto plazo para tratar de mitigar las consecuencias de la desaceleración", señaló Salazar.
"En el caso de los jóvenes, inversiones en educación y capacitación y aumentar el nivel de ambición de los programas de formación técnica y profesional, para que inviertan en educación y capacitación mientras están desocupados. Lo peor es estar en la categoría de Ni-nis (ni estudian ni trabajan)", añadió.
La informalidad
Además de Salazar, en la presentación del informe también participaron los especialistas de la OIT en economía laboral, Juan Chacaltana, y en política económica, empleo e instituciones del mercado de trabajo, Julio Gamero, así como la especialista de género de la OIT para Centroamérica, María José Chamorro.

Chacaltana manifestó la preocupación de la OIT por el descenso registrado del empleo entre los trabajadores asalariados (-0.35%) y el incremento de los trabajadores por cuenta propia (0.17%), que en principio "implica peores condiciones laborales y más informalidad".

El informe incluye además un capítulo dedicado a los trabajadores domésticos, que en Latinoamérica son alrededor de 18 millones, un 7% de la fuerza laboral de la región.

Chamorro explicó que el 93% son mujeres y que el 80% lo hace en la informalidad, lo que requiere un enfoque multidimensional basado en los sistemas de aseguramiento para promover su formalización, según la especialista.
"No es suficiente con que sea obligatorio asegurar a las trabajadoras domésticas. Requiere modificaciones legislativas para simplificar trámites e incorporar nuevas tecnologías", indicó Chamorro.
El salario mínimo
La especialista de la OIT valoró iniciativas de países como Argentina y Uruguay para promover un salario mínimo de las trabajadores domésticas y, especialmente, la articulación de sindicatos que promuevan la negociación colectiva de los derechos laborales de este gremio.

La OIT también mostró su preocupación porque en los últimos dos años el salario mínimo en Perú (unos 230 dólares) no se ha reajustado al alza, lo que le ha hecho perder capacidad adquisitiva, ya que la inflación ha ido en incremento.


Para el especialista Chacaltana se hace necesaria una "mayor institucionalización" del salario mínimo, que implique una revisión periódica y programada al alza, como ocurre en otros países de la región.// Univisión.com

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