Este sábado Raphael aterriza en Madrid haciendo una pausa en su gira americana. Ese mismo día cumple 75 años, una cifra redonda que pasará con los suyos, discretamente, como siempre. "Vamos a celebrarlo cenando en familia, tranquilos y felices", cuenta a LOC Natalia Figueroa, su esposa desde hace 46 años.
Todo en la vida de este artista suma ya años y décadas sin que el personaje se agote. Al contrario. Raphael ha sabido reinventarse y ganar el respeto de todo el mundo, de músicos de todos los géneros, de políticos de todos los partidos. Llena teatros de ópera y también es ídolo de festivales indie.
Tenemos muchas razones por las que amamos a Raphael. A continuación, repasamos algunas de ellas.
1. TEATRALIDAD
Nos gusta que "siga siendo aquel" que desenroscaba bombillas en el escenario, en unos gestos teatrales y excesivos, hoy más medidos, pero que desprenden la misma pasión. Raphael se crece en escena y trasmite fuerza y poderío aunque su voz no siempre es atronadora. El público enloquece, somos testigos.
2. HUMILDAD
Nos gusta que no trasmita la vanidad propia de una estrella. Podría hacerlo. En 1980 Hispavox creó para Raphael la categoría de disco de uranio, por haber vendido en sus 20 años de carrera 50 millones de discos. Sólo Queen y Michael Jackson alcanzaron ese honor. Más que de galardones y de fama mundial, Raphael sólo presume de profesión, de proyectos, de seguir adelante...
3. CASERO
Nos gusta lo que nos cuentan de un Raphael doméstico totalmente inédito.Según Natalia, el artista acaba cuando se baja el telón y en casa es el marido más fácil del mundo, que igual pone la mesa que arregla un enchufe sin rechistar y con la habilidad de un manitas. Tampoco da el coñazo en la mesa hablando de lo estupendas que son sus fans. Su afición secreta es la pintura, pero no conocemos esos cuadros que regala a sus hijos cuando estrenan casa.
4. EMBAJADOR
Nos gusta que la gente sepa que Raphael fue un gran embajador de España en plena guerra fría y con Franco echando pestes a diario contra el enemigo comunista y masón. Raphael fascinó en los años 60 al público de 40 ciudades de la Unión Soviética y provocó que la gente se lanzara en masa a estudiar español.
5. RESPONDÓN
Nos gusta que cuando le recuerdan que cantó para Franco, en los festejos que celebraba el general con motivo del golpe de estado del 18 de julio, Raphael responda que allí cantaban todos los convocados, muchos de ellos poco simpatizantes del régimen, y que hoy van de hoz y martillo, encantados entonces de que Franco les aplaudiera. "Cualquiera se negaba", dice Raphael con mucha razón.
6. HETEROSEXUAL
Nos gusta que pase olímpicamente de los rumores que en un tiempo le endosaban una supuesta homosexualidad, a pesar de que a la vista de todos tiene un matrimonio bien avenido, tres hijos y algún embarazo malogrado de Natalia. Raphael explica que sus temas Digan lo que digan o Qué sabe nadie son, en realidad, canciones-protesta que demuestran su independencia. Tiene todo el respeto por la homosexualidad y los colectivos que la defienden, los ve con toda normalidad, pero no es lo suyo.
7. PREMIADO
Nos gusta que el Ayuntamiento que lidera Manuela Carmena le hiciera este mes de abril Hijo Adoptivo de Madrid en una votación unánime en la que estuvieron a favor hasta los concejales de Podemos, sin la menor objeción de los partidos que forman el Consistorio madrileño.
8. RECTIFICACIÓN
Nos gusta que Raphael se arrepienta de haber dicho un día lejano ya "los votantes del PSOE son unos catetos", frase que considera una gilipollez integral y un ataque de histeria totalmente injustificado. Hace bien en reconocerlo, porque con el tiempo, su hijo Manuel se casó con Amelia Bono,hija de un socialista con carné y hasta ministro, al que admira (la cosa es mutua) y con el que ha comprobado que los socialistas pueden ser cultos, buenos cristianos y mejores amigos.
9. SANO
Nos gusta la buena salud de Raphael, recuperada después del trasplante de hígado que salvó su vida en 2003. Y todo por empezar a beber alcohol en los hoteles donde vivía durante sus giras, solo y con problemas para poder conciliar el sueño. Nunca negó que su hígado le estaba matando por la bebida, afición que jamás había formado parte de sus costumbres.
10. SEGUNDA OPORTUNIDAD
Nos gusta el Raphael que volvió del más allá con un hígado nuevo, humilde, la lección aprendida, sereno, los pies en el suelo, enormes ganas de vivir y más ilusión que nunca. Raphael le debe la vida al doctor Enrique Moreno, el cirujano que le operó. Y también a su esposa Natalia, que casi le saca a rastras de la habitación donde se encerró, muerto de pánico cuando le dijeron le esperaban en el quirófano.
Y un motivo por el que le detestamos
Puestos a defender la igualdad de género, Raphael tiene todo el derecho del mundo a desear mantenerse joven, teñirse las canas y hasta que una señora le tire los tejos. Pero ese empeño en que sus nietos no le llamen "abuelo" es una muestra de coquetería tan inútil como de escasos resultados. Él se justifica diciendo: "No me llaman abuelo, me llaman por mi nombre. No me gusta la palabra, pero me encanta el rol". ¿Cómo olvidar que sus tres hijos le han dado ocho nietos, nada menos y, que por más que les aleccionen a todos ellos, antes de ir a la comida de los domingos, a alguno se le escapará llamarle incluso 'abuelito', que suena todavía más tierno?
Apostamos porque en la cena que la familia celebra hoy por el 75 aniversario de ese señor que está casado con la abuela y al que hay que llamarle Raphael, los niños griten a coro "¡feliz aniversario abuelo!". Y el ídem, que se quede tan contento mientras sopla las velas.// El Mundo
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