Compartir casa o piso no es tarea fácil. La convivencia se complica si no os andáis con cuidado y las zonas comunes puede convertirse ¡en una zona de guerra! Pero, no te preocupes, si seguís los 10 mandamientos de los compañeros de piso, la paz reinará en tu hogar compartido.
1. No visitarás la habitación ajena
Todo el mundo necesita su intimidad así que las habitaciones de cada uno ¡son sagradas! Es imprescindible dejar claro que solo se puede entrar las habitaciones ajenas cuando su propietario te invite.
Igual que los vampiros deben ser invitados a una casa para poder entrar en ella, a los compañeros de piso les debería pasar lo mismo con las habitaciones de los demás.
2. No codiciarás el bote para los gastos comunes
Algo de dinero en efectivo para pagar pequeños gastos de la casa siempre va bien. Lo mejor sería establecer una pequeña cantidad mensual que todos aportéis al “bote de los gastos comunes” para los imprevistos del día a día. Y, por supuesto, ese dinero solo se toca para cosas aprobadas por el resto.
3. Te descargarás una app para compartir gastos
No solo del bote de los gastos comunes vive el hombre. Lo quieras o no, tus compañeros de piso te acabarán debiendo dinero o tú a ellos. Es lo que tiene la convivencia. Por eso más vale que tengáis un control de lo que paga cada uno y lo que tenéis que pagaros ¡o será un caos!
Para evitar malentendidos (o que algún compañero caradura se aproveche) te recomendamos que uses apps para compartir gastos como Splitwise o Settle Up. También es buena idea que utilicéis Bizum o Twyp para haceros transferencias gratuitas al instante y sin tener que estar intercambiando números de cuenta.
4. Establecerás turnos de limpieza
Sabemos que puede resultar incómodo organizar la limpieza, pero más incómodo es acabar limpiándolo todo tú o vivir en un estercolero. Intentad ser igualitarios en las tareas, aunque si alguien prefiere más unas que otras, podéis poneros de acuerdo. La cuestión es que todo el mundo acepte la repartición.
Y si ensucias más de lo normal, límpialo rápidamente. No tienes que estar limpiando con la bayeta todo aquello que toques, pero si la comida hierve y mancha el microondas, pásale un trapo húmedo, que no cuesta tanto y a la larga irá a peor.
5. Acordarás la regulación de la temperatura
Al igual que en las oficinas, ponerse de acuerdo sobre la temperatura en casa puede ser una ardua tarea. No estará de más que fijéis unas temperaturas máximas y mínimas a las que poner el termostato o el aire acondicionado. Por ejemplo, para estar a gusto en casa pero no gastar demasiado los expertos recomiendan:
- En invierno: regular el termostato entre los 19 y los 21ºC. Cada grado en que incrementa la temperatura, se aumenta un 7% el gasto energético.
- En verano: no poner el aire acondicionado a menos de 26ºC. Un grado menos supone gastar un 6% más de electricidad.
6. Harás lavadoras compartidas
Si compartís lavadoras ahorraréis tanto en electricidad como en agua y detergente. Aprovecha las ventajas de compartir gastos y evita acabar haciendo 20 lavadoras a la semana.
7. Hablarás los temas importantes cara a cara
Sabemos que estamos en pleno siglo XXI pero deja los whatsapps con tus compañeros de piso para las cosas divertidas. Si vas a recriminarle a alguien que siempre deja el piso hecho un asco o que no ha pagado su parte del alquiler, hazlo en persona. Evitarás malentendidos, malos rollos y problemas posteriores, por pereza que te dé.
8. No organizarás fiestas sin avisar
¿A qué no te gustaría llegar a casa, agotado/a tras un largo día de trabajo y encontrarte a 100 personas saltando y bailando en tu comedor? Pues no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.
Si quieres organizar una fiesta o invitar a alguien, coméntalo con tus compañeros de piso. Y, en cualquier caso, está claro que deberías invitarlos si van a estar en casa. No puedes echarlos de las zonas comunes, así que todo lo que sea privado, tendrás que reservarlo a tu cuarto.
9. Repartirás las zonas comunes
No nos referimos a establecer a quién pertenece cada silla o cada asiento del sofá, no te preocupes, pero sí que es práctico que os repartáis estantes de la cocina y cajones de la nevera o el congelador. Es especialmente útil para saber de quién es la comida sin tener que recurrir a ponerle el nombre a todo.
10. Respirarás hondo y te lo tomarás todo con calma
Antes de gritarle a tu compañero por haber ensuciado la cocina o por organizar más fiestas que el Gran Gatsby, cuenta hasta diez y respira hondo.
Compartir casa no es sencillo pero no olvides el dineral que te ahorras viviendo en una habitación de alquiler y, sobretodo, que esos compañeros de piso pueden convertirse en amigos con los que compartir tus buenos y malos momentos.// Twinero
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