El PSOE vuelve a ganar las elecciones, pero lo hace perdiendo tres escaños con respecto a los pasados comicios celebrados en abril (123), complicando aún más la gobernabilidad y reduciendo la distancia con su competidor más directo, el PP. Casado, de hecho, recupera fuelle en comparación con los anteriores comicios.
Pero Vox aprieta a los populares, dado que sube de quinta a tercera fuerza –es el partido que más crece–, seguido por Unidas Podemos, que no nota el efecto de la irrupción de Más País, pero pierde peso parlamentario.
Ciudadanos, en cambio, ve como su notoria caída les sitúa como el sexto partido en el Congreso, por detrás incluso de ERC. El dibujo parlamentario resultante es todavía más diverso, por lo que los acuerdos poselectorales se tornan más complejos.
Menos participación que en el 28-A
Con una participación del 69,9% (algo menos de dos puntos por debajo al dato de abril), los socialistas se quedan en 120 diputados (frente a los 123 de hace siete meses) y de nuevo podrán repetir una alianza de izquierdas con independentistas y los nacionalistas vascos o buscar la abstención del Partido Popular. Pedro Sánchez, en términos de votos, cayó considerablemente: se quedó lejos de los 6,5 millones, cuando en abril había obtenido 7,5 millones.
Pablo Casado, por su parte, fue uno de los grandes beneficiados de la noche, alcanzando los 88 escaños, 22 por encima de los 66 que obtuvo el 28-A. Recuperaron gran parte de su caudal de votos, pero en Génova se vieron seguidos por la importante crecida de Vox. La formación que lidera Santiago Abascal se disparó hasta los 52 asientos en el Congreso (tuvo 24 en abril). Vox rentabilizó su subida en votos (pasando de los 2,7 en abril a los 3,4 anoche) duplicando su cifra de escaños.
Quien pudo amortiguar su bajada fue Unidas Podemos: los de Pablo Iglesias obtuvieron 35 diputados –si se cuentan las confluencias–, frente a los 42 de las últimas elecciones generales. Esta vez, En Comú Podem mantiene los 7 diputados mientras que Galicia En Común conserva los dos sillones. Los morados, eso sí, perdieron más de medio millón de votos.
Con todo, la caída más importante se produjo en Ciudadanos. Y es que el partido naranja se quedó en solo 10 escaños, perdiendo 47 desde los anteriores comicios. Tampoco tuvo una irrupción importante Más País. El partido de Iñigo Errejón se estrenó con unos tímidos 3 diputados, con los que no podrá formar grupo propio. Contará dos sillones de la propia candidatura de Errejón y con otro que parte de la confluencia con Compromís, que sí mantiene el diputado logrado el pasado mes de abril.
Subida de los independentistas
También tendrá la Cámara Alta una importante presencia de los partidos independentistas catalanes. Esquerra Republicana logró un total de 13 escaños. En abril obtuvo 15. Pero al mismo tiempo se convierte en el quinto partido con más apoyos. Una parte de la subida del sector separatista por Junts per Catalunya: el partido de Puigdemont llega a los 8 diputados, frente a los 7 que logró el 28-A. Eso sí, el partido antisistema de la CUP irrumpió con dos sillones. De esta forma, los partidos separatistas ganan presencia parlamentaria: pasan de 22 diputados en total a tener 23. Podrían ser por tanto clave para la formación del próximo Gobierno.
Más allá de estas cifras, el PNV mejora en un escaño su resultado de abril, pues pasa de 6 sillones a 7. Lo mismo ocurre con EH Bildu. Los abertzales pasaron anoche de 4 escaños a 5 (pero no podrán tener grupo propio en el Congreso al no alcanzar el 5% del voto a nivel nacional). En el dibujo parlamentario hay que tener en cuenta también que Navarra Suma (resultante de la coalición entre PP y Ciudadanos en la Comunidad Foral) mantiene los dos sillones que sacó el 28-A.
Teruel, existe
Las elecciones del 10-N dejaron además un dato histórico: nunca antes se había dado tanta presencia de partidos regionalistas. Esto se debe a la entrada en el Hemiciclo de Teruel Existe, que irrumpe con un diputado, y el regreso al esquema parlamentario del Bloque Nacionalista Galego, también con un escaño. A estos habría que añadir los dos diputados de Coalición Canaria, que mantiene la misma representación lograda hace siete meses. Otros que conservan su representante son los regionalistas cántabros (PRC), con José María Mazón. Fue el suyo el único voto externo que logró sumar Pedro Sánchez para su investidura después de los comicios de abril. En una aritmética tan compleja, estos votos podrían tener un peso específico de cara a los posibles pactos.
Equilibrio entre izquierda y derecha
Las cuartas elecciones generales en cuatro años dejaron un equilibrio entre bloques: la izquierda (PSOE, Unidas Podemos y Más País) sumó 159 diputados. Mientras, los partidos de derechas (Partido Popular, Ciudadanos y Vox) alcanzaron los 149 sillones en el Congreso de los Diputados. El reloj empieza a andar para las negociaciones, y a pesar del bloqueo persistente, mediados de diciembre podría ser la fecha en la que el nuevo Gobierno viera la luz.// 20 minutos
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