Roma: Ciudad y capital de Italia

(VozBol Blog). Roma es la capital de Italia. Fue fundada el 21 de abril de 753 a.d.C.

Tiene una superficie total de 1287,36 km2. Situada a una altitud de 37 msnm. Su población es de 2.872.800 habitantes (2018).


Gentilicio: Romano/na.

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De Roma al Capitolio Nacional

La expresión ‘pan y circo’ es sinónimo de decadencia y es usada básicamente para referirse a las prácticas políticas. Todos sabemos que viene de la antigua Roma y la asociamos a la repartición de comida y a las celebraciones en el Coliseo Romano. Hoy, la gran mayoría de políticos recurre a la misma fórmula de hace dos mil años para relacionarse con la ciudadanía, especialmente en tiempos de elecciones. Pero sin duda, de una manera mucho más precaria y vulgar que en la antigua ciudad.

Una vez establecido el imperio, el emperador consolidó como su responsabilidad el suministro de trigo y en ocasiones del pan para los habitantes de Roma. Hacerse cargo de esta responsabilidad era parte del establecimiento de un gobierno autoritario y omnímodo; Julio César entregó trigo a 200.000 personas. Por su parte las fiestas que denominamos como circo y que se llevaban a cabo en el Coliseo Romano, eran fundamentales en la vida social de la ciudad y constituían el corazón de su entretenimiento, lo que hoy es la ‘economía naranja’ que tanto se promociona.

Los sucesos de finales del siglo II reflejan la gran importancia social y política del pan y el circo en Roma. El mediocre emperador Cómodo se enfrentó a una tremenda escasez de trigo, que generalmente venía de Egipto, y no pudiendo asegurar su abastecimiento, como era su deber, fue castigado por los habitantes de la ciudad con una revuelta que causó gran destrucción, básicamente con incendios. Como solución Cómodo pensó en dos alternativas: ir a la guerra o celebrar juegos y peleas de gladiadores por 14 días; finalmente optó por esta opción. Hay que anotar que en oportunidades las fiestas del Coliseo Romano podían durar más de 100 días y muchas veces vaciaban las arcas del imperio, o sea que generaban un fuerte déficit fiscal, pero eran un instrumento de lo que hoy llamamos gobernabilidad.

Hasta nuestros días ha llegado el ‘pan y circo’, pero de una manera mucho más pobre que en la antigüedad. El pan queda reducido a lechona, tamal, arroz con pollo y pollo asado en época de elecciones. El circo son las insulsas fiestas que los capos electorales organizan para sus votantes. Como podemos ver, hasta esto es mediocre en nuestros calamitosos políticos.

Dos hechos recientes nos recordaron nuestro amargo pan y pobre circo: la figura del senador Eduardo Pulgar y la elección como presidente del Congreso de Arturo Char. El primero, Pulgar, fue pillado en flagrancia ofreciendo dinero, unas ‘doscientas barras’, a un juez en el Atlántico para que torciera una decisión judicial en provecho de él y uno de sus ‘socios’ políticos. Pulgar es un muy mediocre senador que ocupa su curul desde 2014 y que reemplazó en el congreso a su exesposa Karime Motta. De su paso por el concejo de Barranquilla se recuerdan sus trampas y desfalcos que por nuestra impunidad eterna no lo tienen en la cárcel. Su estancia en el Congreso Nacional ha sido anodina y solo es reconocido por ser un bufón.

Arturo Char hace parte de una casa ya monárquica de la política de la Costa Atlántica, la misma que ha avalado para cargos públicos en la Guajira a tenebrosos delincuentes. Char llegó en el 2006 al Senado, y todavía, 14 años después, no ha hecho una sola intervención que valga la pena, no se le conoce su voz, la que sí es escuchada cuando canta salsa, y lo hace relativamente bien. Para completar, tiene pendiente una cita en la Corte Suprema de Justicia para explicar su posible participación en delitos en toda la historia de Aida Merlano.

Pulgar y Char solo son dos ejemplos entre cientos de la precariedad y bajeza de la política colombiana, que solo ofrece pan y circo. Pero, un pan y un circo que no es la pálida sombra del pan y circo de los romanos.

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