(VozBol Blog). Inglaterra es parte del Reino Unido. Su capital es Londres.
Tiene una superficie total de 130.395 km2. Su población es de 55.980.000 habitantes.
Gentilicio: Inglés/esa
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Inglaterra, ser o no ser
Alguien nacido en Glasgow es y se siente escocés, en mayor o menor medida británico, puede ser partidario de la independencia o de la Unión, y tiene un pasaporte del Reino Unido; alguien nacido en Belfast es y se siente irlandés, puede ser partidario o contrario a la reunificación de la isla, y tener pasaporte del Reino Unido, de la República de Irlanda, o ambos si lo desea; alguien nacido en Cardiff es y se siente galés, en mayor o menor medida británico, puede ser soberanista o unionista, y viaja con un pasaporte del Reino Unido. ¿Y alguien nacido en Londres, Manchester, Liverpool, Southampton, Newcastle o Bristol?
Alguien nacido en Londres, Manchester, Liverpool, Southampton, Newcastle o Bristol tiene una considerable empanada mental sobre su identidad. Así como la actitud hacia la independencia o la reunificación constituye una clara marca identitaria para un galés, un escocés o un norirlandés, Inglaterra es una entidad confusa. Es un país y un territorio, pero no un Estado, y menos un Estado soberano, sin una realidad o espacio político concretos. Carece de instituciones propias, de un parlamento (el de Westminster es de todo el Reino Unido), de un sistema legal, de un pasaporte, un idioma o referencias culturales que la distinguen de sus vecinos.
Pesimismo
Escoceses, irlandeses y galeses creen que el futuro será mejor, los ingleses que será peor
Para complicar aún más la confusión identitaria, sobre todo después del Brexit, la extrema derecha se ha apoderado en buena medida del concepto de lo inglés, y de la noción de In-ger-land (como pronuncian la palabra England ). La bandera de San Jorge (blanca con una cruz roja) ondea en las manifestaciones neofascistas, antieuropeas, antifeministas, antimusulmanas y contrarias al movimiento Me#Too o Black Lives Matter, y también por los hooligans que apoyan a su selección de fútbol, y en general por todos aquellos nostálgicos del Imperio que se sienten ninguneados por el Estado, odian a las élites intelectuales, y piensan que los inmigrantes se quedan con lo que es de ellos.
La alternativa es defender la identidad inglesa como un sinónimo de diversidad, cosmopolitismo, multinacionalismo, tolerancia y democracia, como un concepto progresista. Pero se trata de una batalla cuesta arriba, porque esos valores positivos no son exclusivamente ingleses sino en todo caso británicos , ya que definen lo mismo a Inglaterra que a Gales o Escocia. En cambio los valores negativos, esa asociación con el populismo, sí lo son.
Resentimiento
Inglaterra se queja de que Escocia está subvencionada y percibe más beneficios
La teoría del historiador Benedict Anderson es que todos los países son “comunidades imaginarias” que a lo largo del tiempo desarrollan su propia narrativa (más o menos ficticia) en base a experiencias compartidas y una sensación de pertenencia. En el caso de Inglaterra se trata de un objetivo complicado, porque no es un Estado nación o una nación autónoma desde por lo menos hace tres siglos largos, cuando el Acta de la Unión con Escocia en 1707, sus 57 millones de habitantes de múltiples etnias y orígenes tienen muy poco que ver con los cinco millones que había entonces, y su identidad ha sido absorbida por la británica desde la creación del Reino Unido. Churchill era inglés , pero sobre todo británico . El Imperio era británico . El idioma de Shakespeare es universal. Inglesa es sólo la selección de fútbol.
Una encuesta de esta misma semana realizada por Panelbase sugiere que casi la mitad de los votantes ingleses (un 49%) es partidario de la independencia de Inglaterra, y de su separación política de Escocia, Gales e Irlanda del Norte (los restantes integrantes del Reino Unido). Y ello sin que ningún partido haga campaña por ello. Entre quienes votaron por Boris Johnson en las elecciones del año pasado, el porcentaje de soberanistas ingleses se eleva al 52,5%, y entre los seguidores laboristas alcanza el 51,5%.
Historia
Inglaterra es un país y un territorio, pero no un Estado soberano desde hace al menos tres siglos
La paradoja es que Inglaterra es claramente el país más fuerte y más rico de la Unión, aunque carezca de sus propias instituciones y padezca una empanada mental en términos identitarios, y en ese sentido escoceses y galeses sienten hacia ella un considerable resentimiento. Desde la perspectiva soberanista, es además quien se opone políticamente a la independencia de los demás, aunque la mitad desee la suya.
Ese resentimiento funciona en ambas direcciones, ya que una cuarta parte de los ingleses estima que sus intereses deberían tener prioridad sobre los del resto de países que integran la Unión, y una considerable mayoría está convencida de que Escocia y el País de Gales estan subvencionados por Inglaterra, y que perciben más que ellos del Estado central, cuyos recursos son repartidos territorialmente de acuerdo a un complejo mecanismo conocido como la fórmula Barnett.
Sentimiento
Uno de cada diez habitantes de Londres se siente avergonzado de ser llamado “inglés”
Todo el mundo, en todas partes, tiene múltiples identidades (barrio, pueblo, ciudad, país, equipo de fútbol...), y dentro de la propia Inglaterra también hay movimientos secesionistas muy minoritarios en Yorkshire o Cornualles, dentro de un deseo generalizado de más autonomía regional. Pero si a los ingleses se les pregunta cuál es la suya, un 80% dicen que se identifican muy fuertemente con Inglaterra, y un 82% que muy fuertemente con Gran Bretaña (que estrictamente no es un Estado, ni un país, sino una masa de tierra y un concepto geográfico, la más grande de las islas Británicas, aunque apoderado culturalmente y políticamente por nociones como el Imperio británico ).
Lo que ello quiere decir es que las identidades inglesa y británica están entrelazadas, y aquellos que se sienten orgullosos de ser ingleses tienden a ser de más edad, blancos, partidarios de la salida de la Unión Europea, conservadores, menos educados, contrarios a la inmigración y habitantes del campo o de ciudades pequeñas, y quienes se sienten orgullosos de ser británicos tienden a ser más jóvenes, europeístas, cosmopolitas y multiculturales, favorables a la inmigración, con educación universitaria y habitantes de las grandes ciudades.
Política
La extrema derecha se ha apoderado de la bandera de San Jorge y la identidad inglesa
Quienes se definen a sí mismos primariamente como ingleses admiran la historia del país, están enamorados de su naturaleza, tienen una noción bucólica y pre industrial de Inglaterra, añoran el Imperio, se consideran conservadores, tradicionalistas y virtuosos, y dicen que las cosas eran mejor antes. Quienes se definen principalmente como británicos (y también los norirlandeses, escoceses y galeses) son en cambio más optimistas, aprecian valores como la tolerancia y la cordialidad, y estiman que lo mejor está por venir. Uno de cada diez habitantes de Londres, Manchester y Liverpool se siente avergonzado de ser inglés (por las connotaciones que ello tiene de ultraderecha, arrogancia, sentido de superioridad).
La identidad nacional es influida por el idioma, la cultura, la historia y la política. Aquellos que se ven a sí mismos más ingleses que británicos son victimistas, piensan que han salido perdiendo con la globalización y los cambios económicos, culturales y demográficos de los últimos años, que los extranjeros les quitan los trabajos y la Unión Europea era una losa de la que mejor librarse. Quienes se ven más británicos son más urbanitas, se encuentran más cómodos en el mundo actual y disfrutan (o disfrutaban antes de la pandemia) de la posibilidad de viajar por un continente sin fronteras.
La concesión de la autonomía a Gales, Escocia e Irlanda del Norte les ha permitido reimaginarse como entidades políticas y naciones del siglo XXI, y en muchos casos soñar con la independencia o la reunificación. Inglaterra, que desapareció como nación soberana antes de que se inventase la locomotora de vapor y convive con sus mitos de grandeza, carece en cambio de instituciones que la diferencien del resto de Gran Bretaña (la isla, aunque en la práctica el concepto va más allá) y del Reino Unido (el Estado), que la engullen. Lucha para que su identidad no sea robada por completo por el victimismo de la extrema derecha y una noción ultraconservadora del patriotismo. No sabe si existe o no. Ser o no ser.// La Vanguardia
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