Tal día como hoy hace 81 años, este simple carpintero alemán estuvo a punto de perpetrar el mayor tiranicidio de la historia y evitar así el Holocausto
Fueron trece minutos los que separaron al carpintero alemán,Georg Elser, de cumplir su cometido: asesinar a Aldolf Hitler y toda su cúpula nazi en la cervecería Bürgerbräukeller, en la ciudad alemana de Múnich, lugar al que el líder nazi solía acudir a realizar mítines políticos.
La bomba que había escondido tras un pilar de la cervecería, explotó. Incluso la fuerza expansiva de la misma fue calculada perfectamente. El pilar detrás del cual se alojaba el artefacto explosivo cedió y el techo del recinto se hundió en el lugar en el que debía estar Adolf Hitler. Sin embargo, lo que Elser no sabía, es que aquel día el discurso del Führer fue más breve en su discurso habitual. Poco después de las nueve de la noche, Hitler y los suyos decidieron abandonar el local.
La bomba estaba programada para estallar a las 21:20.
Cuando ocurrió, ni Hitler su su cúpula militar se encontraban en la cervecería. Aquella noche de noviembre, fallecieron siete miembros del Partido Nacionalsocialista y una camarera.
Treinta noches perpetrando el atentado
Ese fue el tiempo que le llevó a Georg Elser poner todo en marcha. Durante treinta noches, el carpintero alemán esperaba a que la cervecería cerrara. Entonces, cuando ya se encontraba solo, trabajaba en el pilar donde más tarde colocaría el explosivo.
Su trabajo consistió en hacer un pequeño espacio en el que colocar la bomba sin que nadie pudiera darse cuenta. Sin ayuda. Él solo se encargó de maquinar el que podría haber sido el mayor golpe de la historia contra el régimen alemán.
Elser era un hombre tranquilo y reservado, lo cual no quitaba que no sintiera un enorme rechazo hacia el régimen de Hitler. En su juventud ingresó en los grupos de choque del Partido Comunista pero siempre valoró la independencia y la libertad de pensamiento. Muchos se preguntaron, entonces, qué pudo llevar a aquel carpintero reservado a actuar sin piedad contra la cúpula nazi aquella noche de noviembre.
Matar a Hitler no era su único objetivo
La puesta en escena de los actos nazis y la propaganda de odio le comprender a Elser que habría una guerra tarde o temprano. Así fue como comenzó a maquinar este plan, con el único fin de evitarla en la medida de lo posible. Sin embargo, también tenía la certeza de que para hacerlo tendría que llevar a cabo una acción radical, y en este caso, sangrienta.
En esa misma línea, Elser era consciente de que para evitarlo no solo debía acabar con la vida de Adolf Hitler, sino también con toda la de su cúpula. Por ese motivo eligió la cervecería Bürgerbräukeller, ya que ese era el lugar en el que se reunían los principales jefes nazis.
El ocho de noviembre de 1939, a las 21:20, hora a la que estaba programada la bomba, Elser no esperó a la explosión. Para cuando el pilar de la cervecería cedió ante la onda expansiva, Elser ya había huido hacia Suiza. Sin embargo, fue apresado cuando intentaba cruzar la frontera. En sus bolsillos encontraron el material necesario para la construción de la bomba, con lo que el carpintero quería demostrar que él había sido el autor del atentado.
Georg Elser fue torturado por la Gestapo y llevado a dos campos de concentración. Primero a Sachsenhausen, y después al de Dachau. Fue fusilado de un tiro en la cabeza en la nunca días antes de terminar la II Guerra Mundial.
Durante su interrogatorio, Elster confesó: "Quería evitar la guerra. Nunca dudé de lo que hacía".// COPE
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