10 claves para detectar una estafa online

De acuerdo con información de Cybersecurity Ventures los ciberdelitos que se llevaron a cabo durante 2021 costarán 6 billones de euros, una cifra superior al PIB de Japón (tercera economía del mundo). En España se produjeron en el último año 40.000 ciberataques diarios. La cifra supone un incremento del 125% respecto al año anterior. No solo se trata de estafas a grandes empresas, también de engaños a usuarios que no tienen los conocimientos ni las herramientas para evitarlos. Aquí van diez claves para detectar una estafa online.

La realidad es que es sorprendentemente fácil caer en una estafa en línea, incluso si conocemos muchas de las estrategias usadas por los delincuentes. Y la razón es sencilla. Por un lado se aprovechan de nuestras prisas, de la tecnología, cada vez más avanzada, y, principalmente, del número: si envían sus estafas a suficientes personas, encontrarán algunas que caigan en ellas.Fraude por internet

Clave 1: No caer en el enlace

Recibimos un mensaje, por correo electrónico, redes sociales, whatsapp… No importa la procedencia. Pero tiene un enlace. Lo primero es no abrirlo. Es muy fácil secuestrar una cuenta de correo o incluso un teléfono para enviar un SMS. Cambiar una letra en un emaíl hace que sea casi idéntico si lo miramos con prisa. Una prueba es que la palabra email escrita arriba lleva acento, cuando no debería.

Si abrimos el enlace sin asegurarnos de su procedencia, lo más probable es que nos descarguemos un virus que de el control del dispositivo a los delincuentes. Una solución es escribir por nuestra cuenta el enlace que nos suministran, letra por letra. Es molesto, pero es un minuto que puede hacer la diferencia.

Clave 2: Información no es igual a requerimiento

Ningún banco, servicio de streaming o red social nos pide que demos nuestros datos para resolver un problema. Se nos comunica el inconveniente y se nos pide que accedamos a la web habitual para intentar resolverlo.

Una solución posible es contar con un administrador de contraseñas y su extensión de navegador. Si llega a un sitio web que no es legítimo, la extensión no proporcionará sus datos de inicio de sesión.

Clave 3: Desconfiar de las urgencias

Ya sea a la hora de comprar algo, de resolver un problema o de ayudar a un amigo que nos envía un mensaje por redes sociales, las urgencias nunca son buena consejeras. Si nos apresuramos para actuar, obviamos ciertas señales como faltas de ortografía, sintaxis rara o la circunstancia que el banco nos escriba a un correo que no tiene… Entre otras.

Clave 4: Si es demasiado bueno para ser verdad ...

Probablemente no sea cierta. Una oferta increíble, un regalo muy valioso o el porcentaje de una herencia. Nadie que no nos conozca directamente nos ofrecerá hacernos ricos. Y esos descuentos increíbles de la página web son probablemente falsos y solo buscan hacerse con nuestro dinero. Mirar reseñas de esa página o del producto puede ayudar, aunque a veces pueden ser falsas. Ayuda buscar la página web en internet y buscar opiniones.

Clave 5: Cuando todo parece correcto…

El mensaje parece llegar de una fuente fiable, la oferta es tentadora sin ser descabellada o el pedido no tiene nada de extraño. ¿Cómo saber si proviene de una web fiable? En lugar de abrir directamente un enlace, basta poner el cursos encima del mismo para ver la verdadera dirección a la que nos llevaría. Eso nos puede ayudar a distinguir entre buenos y malos.

Clave 6: La S indica seguridad, casi siempre…

Si todo lo anterior indica que la compra en redes podría ser una buena opción y que la página no es fantasma, podemos entrar a comprar, siempre que en el inicio de la dirección web se lea: https y no solo http. La S indica seguridad y se encuentra generalmente al lado de un pequeño candado que se supone garantiza una compra segura. Pero esto no basta…

Clave 7: Pagar las consecuencias

Que el sitio web tenga la mencionada S es solo un paso. Si a la hora de pagar nos piden transferencias bancarias, giros, tarjetas regalos o criptomonedas, desconfiad. La mayoría de los bancos tienen un seguro o un sistema de doble verificación para las compras que realizamos por internet. Los demás sistemas no están protegidos del mismo modo.

Clave 8: La cultura de la imagen

Es exactamente el mueble que estábamos buscando, los cascos que queríamos o la edición de aquel libro que llevamos años buscando. Y de pronto aparece en una página web. Es cierto, no es muy confiable, pero como tiene la S y el vendedor tiene buenas reseñas, nos confiamos. Error. La foto, del mueble, del libro o de los cascos, se puede obtener de la red mediante servicios de búsqueda de imágenes como Google o TinEye. Nunca confiemos en la imagen, hay que pedir más detalles.

Clave 9: Lo barato sale caro

Cada vez más sitios públicos brindan una conexión wifi gratuita. Si piden una tarjeta de crédito como prueba de que somos mayores de edad, lo más probable es que sea una estafa. Es recomendable, y mucho, descargarse la aplicación del banco con el que trabajemos y configurar el sistema de doble confirmación cada vez que hagamos una compra online. Sí, requiere más tiempo, pero es mucho más seguro.

Clave 10: El password es la vida

Ningún servicio, sea banco, streaming, compañía de videojuegos o red social, nos enviará un mensaje pidiendo que le demos la clave para confirmar que determinado problema puede resolverse. Si alguien llama a nuestra puerta, por más bonito y conocido que sea su uniforme, ¿le daríamos la llave de casa? Pues lo mismo con las claves.// La Razón

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