Los 10 errores al ahorrar e invertir dinero que debes evitar a toda costa

Despreciar un colchón de emergencia o invertir sin mirar al largo plazo, lo más común

Las finanzas no son una ecuación que tenga un resultado exacto, matemático e inamovible. Es por ello que su correcta gestión permite tener mejores resultados, pero no asegura siempre el éxito.Consejos de economía

No obstante, la experiencia, tanto en el ahorro como en la inversión, ayudan a marcar unas pautas financieras saludables y a desechar prácticas poco adecuadas. Los entendidos en la materia, como los gestores patrimoniales o los asesores financieros, entre ellos los que están presentes en la plataforma de Finect, conocen bien las buenas prácticas y los errores más habituales entre los particulares. Estos son 10 errores frecuentes al ahorrar e invertir.

Ahorrar sin invertir

"Ahorrar sin invertir es hoy más que nunca tirar el dinero. Es evidente que hay que ahorrar, pero sin invertir, el dinero pierde valor. Ahora estamos en un momento de inflación alta. Y hay que saber para qué inviertes", destacaba recientemente Diego Valero, economista y presidente de Novaster y Beway, en una conversación con Finect.

Una persona que posee un dinero que no necesita a corto plazo -y que tiene previamente preparado un colchón de emergencia de entre 3 y 6 meses- debe vencer el sesgo de presente, de acuerdo con Valero: "Le damos mucho más valor a lo que nos sucede hoy que a lo que nos puede suceder en el futuro, aunque lo que vaya a suceder más adelante sea mejor".

Invertir sin colchón de emergencia

Precisamente, el colchón de emergencia es un aliado ineludible tanto del ahorrador como del inversor. Consiste en acumular una cantidad monetaria previa para afrontar con garantías los imprevistos o las pérdidas que puedan suceder. Es una manera de garantizarse un dinero en caso de tener inversiones en productos que no son totalmente líquidos y para los que hay que esperar un tiempo para rescatar el dinero (por ejemplo, un plan de pensiones).

Un segundo motivo que esgrimen los expertos a favor del colchón de emergencia es el margen que da cuando la persona sufre una pérdida de patrimonio por la mala marcha de sus inversiones. En vez de retirar el dinero e impedir que el largo plazo y el interés compuesto entren en juego, el usuario podrá recurrir a parte de ese colchón para cubrir el imprevisto. La inversión habrá quedado intacta y lista para remontar el vuelo cuando los mercados vuelvan a subir.

Un error común del inversor... cuando hay caídas

Invertir cuando el mercado sube resulta sencillo. O al menos la barrera psicológica para dar el salto de ahorrador a inversor es más baja. Lo complicado es mover el ahorro con el viento en contra. Las caídas en el mercado no significan la venta automática de unas acciones o del fondo de inversión contratado. "Sobre el papel es fácil decir que puedes soportar una caída del 10% en tus inversiones. La cosa cambia cuando ves que tu patrimonio pasa de 20.000 a 18.000 euros rápidamente", destacan desde Inversimply.

Esta firma de asesoramiento financiero enumera tres motivos que desaconsejan vender una participación o un vehículo de inversión durante momentos de caídas: los inversores a largo plazo no deben sobrerreaccionar ante los movimientos a corto plazo del mercado; es fácil vender después de una gran caída, pero cuando el mercado ya ha descontado gran parte del impacto del activo financiero; y, vender en plena bajada, implica dificultades para entrar de nuevo en el mercado, además de "un tiempo perdido".

Mirar al corto plazo

Un clásico desde el punto de vista de muchos expertos en planificación financiera. El rendimiento de una inversión rara vez es inmediato y el dinero necesita un tiempo para dar sus frutos en forma de retornos positivos. El largo plazo (un horizonte de alrededor de 10 años) es el mejor antídoto y el más fiel escudero del mencionado interés compuesto, la manera de encadenar intereses positivos en las inversiones.

La plataforma de Finect, pensada para facilitar las finanzas personales, dispone de un escaparate para invertir los primeros ahorros. En él se pueden consultar, comparar y contratar productos financieros idóneos para un primer contacto con esta faceta de las finanzas.

Poner todo el dinero en el mismo lugar

Da lo mismo que sea en el plano del ahorro (una cuenta corriente, un depósito para asegurar el dinero sin encajar pérdidas) o en el de la inversión. Un único lugar para el dinero es sinónimo de riesgo. Por eso, los expertos siempre recomiendan diversificar.

Depositar el dinero en el primer lugar que nos ofrecen

La mayor parte de los españoles invierte sin salir del banco. Por eso, el usuario medio está familiarizado con nombres y productos ofertados por su entidad de cabecera. A veces, pueden ser rentables. Otras, en cambio, son productos financieros que no rentan.

Por ello, antes de invertir o de contratar un producto, es fundamental informarse, entenderlo y contrastar sus características.

Las modas y las fuentes poco fiables

Muy relacionado con el punto anterior, otro error habitual es acudir a fuentes poco fiables, contactar con personas que dicen ser asesores de finanzas sin serlo o caer en la moda de influencers financieros sin acreditación oficial para ejercer tareas de asesoramiento o análisis financiero.

No valorar lo suficiente las comisiones

Las comisiones son uno de los pilares de un producto financiero y por extensión una condición sine qua non al comenzar a invertir. Por ejemplo, cuando se trata de fondos de inversión, los distintos costes se descuentan del valor liquidativo del propio fondo. Muchas veces no se tienen en cuenta y minan de forma importante la rentabilidad neta recibida.

Cualquier otro producto financiero tiene costes, que son la fuente con la que la entidad emisora alimenta sus ingresos. Un bróker online aplica algún tipo de gasto por las operaciones de compraventa de una acción, por muy pequeño que sea. Y un banco que ofrece a un cliente un depósito también incluye comisiones como la de cancelación anticipada. No es lo mismo invertir 20.000 euros con una comisión del 3% que del 0,9%: en el primer caso, se pagan (y pierden) 600 euros anuales y en el segundo 160 euros.

Quitar hierro a la diversificación

Diversificar es uno de los consejos más comunes que oirá un particular al acudir en busca de ayuda experta. La diversificación supone apostar por diferentes productos o tipos de activo con el objetivo de disipar el riesgo de perder el dinero de una inversión. Desde Ibercaja Gestión señalan que esta forma de variar el ahorro no se debe contemplar solo por activos, sino también por geografía: invertir en diferentes países es sinónimo de disminuir el riesgo.

Asumir un perfil de riesgo equivocado

Un correcto ajuste del vehículo de inversión al perfil de riesgo de cada persona resulta esencial para dormir con tranquilidad. Optar por un perfil de riesgo superior al tipo de inversor que uno se siente (por ejemplo conservador), generará sentimientos de temor en momentos de volatilidad alta en los mercados. Al contrario, una persona con menos aversión al riesgo que invierte en productos conservadores, sentirá poca satisfacción al ver rentabilidades más discretas en su cuenta corriente.// elEconomista

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