"Este es un pequeño paso para un robot pero un gran paso para los de mi especie", tuiteó el androide Robonaut, R2 para los amigos, antes de partir hace unas horas a bordo del Discovery hacia la Estación Espacial Internacional, desde donde contará sus aventuras a través de Twitter.
El Discovery partió el jueves, en un día despejado, del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral (Florida) en su trigésimo novena y última misión, después de 26 años al servicio de la NASA.
En esta ocasión, además de los seis astronautas que componen la misión STS-133 lleva a bordo un pasajero extra, el androide Robonaut, que se convertirá en el primer robot con apariencia humana en salir al espacio. "¡Estoy en el espacio! ¡Hola Universo!" exclamaba el robot, que en otro de sus tuiteos decía que ya sólo faltan dos días para llegar a su nuevo hogar.
Prueba. R2 será parte de la tripulación de la Estación Espacial Internacional, donde ayudará en labores técnicas y de mantenimiento, como la limpieza de los filtros de los aparatos, y servirá como prueba para analizar cómo se desempeña sin gravedad.
"Estoy emocionado de ser parte de la tecnología actual y futura de nuestra nación. La inversión es crítica para nuestro futuro en el espacio y la Tierra", reflexionaba el androide en su cuenta de Twitter.
Una vez en el complejo orbital, Robonaut será trasladado de las bodegas del Discovery al laboratorio Destiny, donde los ingenieros probarán su capacidad operativa para, poco a poco, ir asignándole tareas. De momento viaja sólo el torso, en la Tierra ingenieros trabajando en sus extremidades inferiores, que le darán un aspecto aún más humano.
Realizado con fibra de carbono niquelado y aluminio, Robonaut cuenta con brazos extensibles, manos con movilidad rotatoria y sus cinco dedos tienen capacidad para agarrar 2,5 kilos cada uno. Su cabeza es un casco dorado con un cristal ahumado.
Vía: La Razón
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