Es una de las 20 ciudades más visitadas del mundo. No es algo casual. Su ubicación, en pleno corazón europeo, y su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, han convertido a Praga en una de las capitales más bellas del mundo. Te damos algunas claves, algunas poco conocidas, para que la descubras.
Como recuerda DTLux.com, hay toda una serie de lugares que configuran la capital de la República Checa de siempre, la que nunca pasa de moda, la que los folletos turísticos reproducen hasta la saciedad. Son monumentos a los que el paso del tiempo les sienta cada vez mejor, como el imponente Castillo, con unas vistas espectaculares sobre la ciudad; el majestuoso Puente de Carlos V, flanqueado por 31 esculturas; la plaza de la ciudad vieja, con la Iglesia del Tyn; o los espacios que formaron parte de la vida y obra del escritor Franz Kafka.
Malá Strana, aire bohemio
Poner un pie en Malá Strana es respirar el aire bohemio que rezuman sus calles al margen del ajetreo de la ciudad. Aunque ya no tiene el encanto de la época comunista, cuando era refugio de disidentes y artistas, sus calles siguen provocando la sensación de que el tiempo se ha detenido. Si viajas con pareja, date una vuelta por él al caer el sol, justo cuando desaparecen los grupos de turistas. Todo el barrio adquiere un ambiente romántico inolvidable.
A 40 kilómetros de Praga se halla el castillo gótico de Krivoklat, que data del siglo XII, donde pequeños y mayores podrán disfrutar. Otro de los castillos y palacios que muestran todo su esplendor es el de Karlstejn.
El área que ocupaba el antiguo barrio judío se ha convertido en un lugar de visita obligada para los turistas que viajan a Praga. Ésta fue una de las comunidades judías más castigadas de Europa durante la II Guerra Mundial. Josefov alberga un gran número de sinagogas –destaca, por su belleza, la española, ornamentada con motivos andalusíes– y un impresionante cementerio cargado de misterio y formado por lápidas superpuestas que evidencian la magnitud de la tragedia.
Arquitectura moderna y jazz
En los dos últimos siglos, Praga ha sido una de las ciudades europeas con mayor actividad creativa en el campo de la arquitectura. Aquí nació el cubismo y anidaron el modernismo y el funcionalismo. No te pierdas el diseño futurista del metro (en la foto pequeña), que data de los años 70, ni el espectacular modernismo representado en edificios como la galería comercial Lucerna o la Casa Danzante, de los arquitectos Frank O. Gehry y Vlado Milunic, la obra más emblemática de la arquitectura actual.
La capital checa se ha convertido en algo así como la meca europea del jazz, con un gran número de clubes por los que todos los grandes intérpretes quieren pasar. El fenómeno ha sido alimentado por los numerosos turistas que frecuentan los garitos en busca de buena música. El decano de estos locales es el Reduta (Národní Trída, 20), todo un emblema por donde han pasado desde The Glenn Miller Orchestra o Acker Bilk, hasta el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton.
La mejor cerveza del mundo
La gran mayoría de críticos internacionales han llegado a una conclusión: la cerveza checa es la mejor de todo el planeta. Desde hace casi 1.000 años, los checos la beben y cuentan con más de 470 tipos. Lo ideal es tomarla en tabernas de producción propia, donde es posible ver todo el proceso de elaboración, como en Pivovar (Vodickova, 20), donde se tiran más de un millar de cervezas al día.
El punto de referencia del diseño en Praga lo marcan la tienda/estudio Qubus y Futurista Universum. Abarcan diseño decorativo, gráfico, muebles, porcelana, etc., con modernos articulos, originales y 100% checos. La opción de lujo, especializada en cristal, corresponde a Artel Design Shop.// 20minutos.es
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