Se lo conoce como "Manha-ttanhenge" y ocurre dos veces por año en el verano boreal, una de ellas este miércoles 13 de julio: el Sol se alinea al atardecer con las calles pares de la Gran Manzana para ofrecer un mágico espectáculo de resplandor que atraviesa la ciudad de oeste a este.
"Puede ser un fenómeno urbano único en el mundo", afirma el astrofísico Neil DeGrasse Tyson, del American Museum of Natural History y "descubridor" de esta curiosidad astronómica-urbanística.
El nombre "Manhattanhenge" viene de la combinación de las palabras Manhattan y Stonehenge, el monumento megalítico situado en el sur de Inglaterra, compuesto por bloques de piedra ordenadas en circunferencias concéntricas.
En Stonehenge, el Sol atraviesa el eje de la construcción durante los solsticios de verano e invierno, lo que ha llevado a desarrollar hipótesis sobre su finalidad, entre ellas la de servir de observatorio astronómico.
En el caso de Manhattan, el fenómeno tiene lugar antes y después de los solsticios cuando al atardecer, al ocultarse, el Sol se alinea con las calles pares que corren de este a oeste y siguen el plan de urbanización de la ciudad de 1811.
"Cuando tenía 15 años visité Stonehenge en Inglaterra e investigué otro monumento megalítico menos conocido en las islas británicas. Estaba, de una manera, impregnado por el poder emocional que pueden tener los alineamientos terrestres con el Sol en una cultura o civilización", recuerda DeGrasse Tyson en entrevista con la AFP.// La-razon.com
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