Dice Paul Bowles en El cielo protector que "el turista regresa a casa al cabo de algunos meses o semanas, pero el viajero se desplaza con lentitud durante años de un punto a otro de la tierra".
La palabra viajero solo tiene connotaciones positivas; la palabra turista, no siempre. A mucho no les gusta sentirse o parecer turistas. Para aquellos que siendo turistas no quieren parecerlo aquí siguen unos cuantos consejos, los que ha recopilado el portal de alojamiento Wimdu en su decálogo.
Documéntate en Internet
Consultar en foros y redes sociales las recomendaciones de los locales antes de comenzar el viaje. Utilizar estas fuentes de información para conectar con ellos para enterarse de los sitios de moda y de los locales mejor recomendados, es la clave para conocer los lugares de mejor calidad y encontrar gente con los mismos gustos. Además, seguro que el bolsillo lo agradecerá.
Con el 'smartphone' a todas partes
Un móvil de última generación es el compañero de viaje perfecto y un complemento multiusos. Permite hacer fotos de buena calidad y comentar tus movimientos en las redes sociales. Pero lo mejor de todo es que podrás buscar en cualquier momento los lugares más emblemáticos evitando así desplegar el kilométrico mapa-mantel como cualquier turista.
Alquila tu habitación en un piso compartido
Alquilar una habitación en un piso compartido puede ser la manera de aprender a convivir como un residente más y descubrir sus costumbres, además de dejarse guiar por sus recomendaciones personales. Investigar el barrio y aprender a diferenciar las zonas de la ciudad caminando por sus calles y usando el transporte público permite conocer el día a día de sus habitantes.
La vestimenta adecuada
Los residentes suelen tener una forma moderna de estar a gusto en su clima. No es necesario llevar disfraces, pero sí una camisa de lino para ir a Marruecos o unas botas especiales para la nieve en Noruega.
Al que madruga...
Para conocer a fondo una ciudad conviene aprovechar todo el tiempo. Así que levántate temprano y empápate un poco de su cultura.
Fuera planes
El mejor plan es aquel que surge sin estar planeado, perder el miedo a conocer gente nueva y presentarse amigos en el momento adecuado puede cambiar el rumbo del viaje y abrir puertas a un mundo que de otra manera sería imposible conocer. Apuntarse a un bombardeo y aprovechar el momento es la clave para disfrutar de cada detalle y vivir una experiencia única.
El idioma: haz un esfuerzo
Puedes buscar las frases desconocidas en Google traductor y demostrar que estás dispuesto a hacer el esfuerzo. Mejor aprovechar cualquier oportunidad para entablar una conversación. Tomar una copa en un local típico de la ciudad de destino puede brindar la oportunidad de practicar la pronunciación con algunos lugareños.
Vete de compras
Sal de compras, callejea y escapa de la ruta de las tiendas de recuerdos para turistas. Un jersey de Amsterdam o un sombrero de París, serán una prenda en tu armario que te recuerde los mejores momentos de tu viaje cuando vuelvas a casa.
Come lo que comen
Investiga personalmente los restaurantes más recomendados para probar los nuevos sabores de la cocina típica de la ciudad. Evita las grandes cadenas de comida rápida (¡Para qué comer lo mismo que te darían en tu ciudad!). Prueba y saborea los manjares típicos de allí y amplía la carta de tu paladar.
Amplía tu agenda de contactos
Tu anfitrión y las personas amables que te encuentres en el viaje, pueden ser unos buenos fichajes para tu agenda. Mantener el contacto una vez vuelvas a casa y devolverle la hospitalidad como guía local de tu ciudad, puede suponer el comienzo de una bonita y larga amistad internacional.// 20minutos.es
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