¿Qué tienen en común Afganistán y Holanda? En el recientemente publicado Informe sobre Riesgo Global 2014, ambos países aparecen en la lista como en “peligro extremo”. Los autores caracterizan a Holanda como un país en peligro debido a su cercanía al Mar del Norte, a pesar de que cuenta con un excelente sistema de protección ante catástrofes, una muy buena cobertura médica y un gobierno eficiente. En Eritrea, por el contrario, el riesgo es mucho menor. Si bien allí la protección ante catástrofes está en estado precario y no hay suficiente atención médica, casi no hay peligro de catástrofes naturales. También Japón está en peligro extremo, incluso más que los países de África Occidental, que luchan actualmente contra el ébola.
La guerra no es una catástrofe natural
Según el informe, EE. UU. está expuesto a un riesgo similar al de Brasil y Argentina. Lo interesante es que también las ciudades sirias son catalogadas como “de bajo riesgo”. El motivo: la guerra no se cuenta como una catástrofe natural, y el informe se basa en este tipo de fenómenos. “Holanda está expuesta al aumento del nivel del mar. La costa este de EE. UU. está amenazada por huracanes e inundaciones. California también, debido a los terremotos, así como Japón”, explica Peter Mucke, director de proyectos de la investigación, en conversación con Deutsche Welle. “Por lo tanto, esos países, a pesar de poseer muy buenas condiciones sociopolíticas y excelentes posibilidades de hacer frente a las catástrofes, están, sin embargo, expuestos a ellas”.
Condiciones marco determinan riesgo de epidemia
El Índice de Riesgo Global no considera a las epidemias un “peligro natural” per se. Sin embargo, el informe es también muy adecuado para definir riesgos como el reciente brote de ébola en África Occidental. “Nuestros análisis de la situación social demuestran claramente las condiciones en las que se produce una epidemia de ébola”, señala Mucke. “Lo que mostramos son tendencias: qué países cuentan con la posibilidad de reaccionar ante peligros como este, qué capacidades tienen sus hospitales, sus sistemas de rescate, hasta incluso la posibilidad de construir estaciones de cuarentena”. La situación habitacional de los habitantes, así como el gobierno del país, juegan un rol muy importante, añade el experto.
En el índice fluyen, además del peligro que supone el espacio urbano en casos de catástrofe como terremotos, tormentas y erupciones volcánicas, fenómenos climáticos extremos o sequías, también la “propensión a las catástrofes naturales, así como las capacidades de reaccionar y de adaptarse a ellas” de un país. Es decir, la capacidad de enfrentar esos desafíos.
Buena protección ante catástrofes mejora el ranking
El Informe sobre Riesgo Global intenta brindar un panorama y responder preguntas acerca del tema, como, por ejemplo: ¿cuán alto es el riesgo en las grandes ciudades y aglomeraciones urbanas? ¿Qué tan buena es su infraestructura? ¿Funciona el abastecimiento de alimentos regularmente sin dificultades? ¿En qué condiciones viven las personas? ¿Pueden soportar golpes severos a nivel económico, y cuentan con seguridad social? ¿Hay sistemas de alerta temprana y suficientes capacidades para la atención de enfermos o heridos? ¿Están los países en condiciones de adecuarse a cambios como, por ejemplo, el cambio climático?
Desde 2011, el Instituto de Desarrollo Humano y Seguridad de la Universidad de las Naciones Unidas de Bonn, en cooperación con la asociación “Desarrollo y Ayuda” edita el Informe sobre Riesgo Global. “Este año hemos analizado por separado el riesgo en el espacio urbano, ya que se debe hacer una diferenciación entre ese riesgo y el riesgo en el campo”, subraya el experto.
La ciudad: ¿peligro u oportunidad?
Los editores del informe compararon 171 países. Qatar, Malta y Arabia Saudita figuran como países de menor riesgo, mientras Vanuatu, Filipinas y Tonga son los más amenazados. También el grado de urbanización de los países se tomó en cuenta. En Bélgica, Malta y Uruguay vive la mayor parte de la población en espacios urbanos. Burundi, Nueva Guinea y Uganda son los países con menos ciudades en el mundo.
“Lo interesante para nuestro estudio fue observar si las ciudades son un factor de riesgo, o si ofrecen oportunidades para reducir el riesgo de catástrofes naturales”, dice Mucke. Las ciudades que más crecen en el mundo están en el sureste de Asia, en China, en el subcontinente, en la Península Arábiga y en muchos países de África al sur del Sahara. Pero no solo las megaciudades, como Sao Paulo, Yakarta o Shanghái, son interesantes desde el punto de vista de los riesgos naturales, sino también los espacios urbanos más pequeños. Según Mucke, "allí, en las pequeñas y medianas ciudades es donde el riesgo de catástrofe tendrá especial relevancia en los años por venir".// DW (DE)
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