No hay CEO en el sector de la automoción al que no pongamos cara o como mínimo, hayamos oído hablar de él. Son muchas las compañías que se han esforzado en desarrollar la personalidad de sus líderes, apareciendo con frecuencia en los medios de comunicación a pesar de la difícil situación de la industria. En base a esto, Fortune elabora un ranking con los que considera los peores CEO de la automoción.
1. Henry Ford. Presidente de Ford Motor Co. (1903-1918, 1943-1945)
Era un brillante inventor, pero un pésimo CEO. Nunca confió en sus contables, así que nunca supo el dinero que su compañía estaba ganando o perdiendo. Testarudo hasta el extremo, se negó a hacer cambios en el modelo T a pesar de la caída de sus ventas. Cuando finalmente accedió a presentar el modelo A, cerró la producción un año y medio para prepararse. General Motors aprovechó entonces para superarles en ventas y raramente desde entonces ha dejado su liderazgo. Después de la muerte de su hijo Edsel, en 1943, Ford recupero la presidencia, pero siendo cada vez más inestable, fue obligado a renunciar a favor de su nieto.
2. K. T. Keller. Presidente de Chrysler Corp. (1935-1950)
Maquinista de profesión, Keller fue una manager de corazón. Dicen que el organigrama de Chrysler se parecía a una rueda, con Keller en el centro, pero sin radios que permitieran a los demás comunicarse. En dónde obtuvo mayor éxito fue en el diseño, como autor de la idea que los automóviles fueran más altos para poder conducirlos con sombrero. Sin embargo, como todas las modas, esta idea también quedó desfasada, a pesar de su insistencia.
3. Fred Donner. CEO de General Motors (1958-1967)
Este contable guió la empresa desde sus antiguas oficinas en Nueva York hasta Columbus Circle. En su falta de voluntad por ensuciarse las manos, también redirigió el negocio, moviendo el centro de la fabricación de automóviles a la ingeniería financiera. “No se puede tener todo”, respondía a los errores de gestión de su dirección.
4. John Z. DeLorean. CEO de DeLorean Motor Co. (1975-1982)
Tras recaudar más de 200 millones de dólares para construir en Estados Unidos un deportivo de acero inoxidable, DeLorean abrió una fábrica en Irlanda del Norte, donde descubrió que la recaudación de dinero era más fácil que la construcción de automóviles. Los sobrecostos y las lentas ventas enviaron a DeLorean en busca de más capital hasta ser objeto de investigación del FBI. En 1982, fue acusado de tráfico de cocaína, y aunque fue absuelto, la compañía se derrumbó y sólo queda su recuerdo en películas.
5. Roger Smith. CEO de General Motors (1981-1990)
Cuando Smith se hizo cargo de GM, su cuota de mercado era del 46%, y a su marcha, del 35%. Además, en casi una década perdió miles de millones tratando de diversificación del negocio y experimentación con nuevos materiales. Su legado fue una flota de baja calidad y una montaña de deuda que llevó a la empresa a la bancarrota dos años más tarde.
6. Bob Stempel. CEO de General Motors (1990-1992)
Stempel fue el soldado leal de Smith que no quiso deshacer los errores de Smith hasta que se vió al borde del precipicio financiero. Cuando por fin se elaboró un plan de reestructuración, Stempel vaciló en sus decisiones como ejecutivo, lo que le hizo perder la confianza de la junta, y fue expulsado en un golpe histórico. Pasaron más de quince años antes de que GM consiguiera redimensionarse y para eso necesito la ayuda del gobierno federal.
7. Bob Eaton. CEO de Chrysler Corp. (1993-1998) y Co-Presidente de DaimlerChrysler (1998-2000)
Eaton se convirtió en un héroe durante la primera mitad de su mandato, por el boom en la venta de camionetas, lo que abrió para Chrysler un mercado casi desconocido. Luego participó en lo que llamó una fusión entre iguales con Daimler, lo que dejó a Chrysler en una muy mala posición. Al no obtener resultados demasiado satisfactorios, Eaton se prejubiló y se instaló en Florida manteniendo un buen paquete de acciones de la compañía.
8. Jürgen Schrempp. Presidente de Daimler Benz (1995-1998), Co-Presidente de Daimler Chrysler (1998-2000) y Presidente de DaimlerChrysler (2000- 2005)
Schrempp estaba pensando en construir un imperio global cuando compró Chrysler por 38.000 millones de dólares en 1998. Pero siempre es más fácil proyectar grandes ideas que realizarlas, y no pudo conseguir que los empleados estadounidenses y alemanes trabajaran juntos de manera efectiva. Después de una caída histórica de Chrysler, Schrempp renunció a su presidencia con una imagen pésima a nivel internacional.
9. Jac Nasser. CEO de Ford Motor Co. (1999-2001)
Escogido para reinventar a Ford, Nasser decidió diversificar el negocio e invertir en marcas como Volvo, Land Rover, concesionarios y hasta depósitos de chatarra. Sin embargo, Nasser cometió el error de hacer todo este desembolso en vísperas de una profunda recesión que ha pasado mucha factura a Ford. Sin embargo, avanzándose a lo que están haciendo muchas compañías ahora implantó medidas para reducir la plantilla y mejorar la productividad, pero que fueron muy impopulares.
10. Henrik Fisker. CEO de Fisker Automotive (2009-2012)
Al igual que muchos empresarios antes que él, Fisker tenía grandes planes para la compañía que él co-fundó y soñó con la producción de 100.000 coches al año. Pero el diseño de un bonito coche fue la parte más fácil del trabajo, y Fisker Automotive se descarriló por problemas técnicos con sus híbridos y por las malas relaciones con sus proveedores de baterías. No construyen nuevos coches hace semanas y parece que no disponen de tesorería.// Equipos & Talento
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