El bullying se entiende como el acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno sus compañeros de clase. Aproximadamente un tercio de los estudiantes lo sufren. El bullying provoca un daño mental y físico, que puede ser importante a largo plazo. Si el profesor reduce la agresión en general y logra terminar con el bullying en el salón de clases, su trabajo se volverá más fácil y aumentará la atención y la simpatía por parte de los alumnos. Pero la pregunta es: ¿Cómo hacemos para terminar con esto?
La creación de un ambiente de clase seguro es importante para la reducción del bullying. Entre otras cosas, los estudiantes necesitan ver y reconocer que los profesores y el personal de la institución ejercen el control y que se preocupan verdaderamente por los alumnos.
Es importante que los docentes hablen con los alumnos sobre esta problemática y puedan enseñar qué es el bullying y como se manifiesta. Explicar que existe bullying cuando un estudiante con mayor poder físico o social impone cosas a otro estudiante cuando éste no lo desea. Por ejemplo, haciendo bromas pesadas, poniendo un apodo a alguien que no le gusta, creando rumores sobre alguien, humillarlo o ponerlo en situaciones embarazosas delante de los demás compañeros, etc.
Es interesante ver qué sucede en la clase cuando se habla del tema. También es importante poder hablar con los alumnos de por qué una persona realiza bullying y cuáles pueden ser los motivos de este comportamiento, así como también dialogar acerca de qué pasa más tarde, en muchos casos, cuando las personas que acosan a otras no piden ayuda: tienen problemas de relacionamiento, problemas de adicciones, etc. También dialogar sobre qué pasa a las víctimas que sufren acoso y cómo muchas veces se manifiesta en no querer alimentarse, faltar a clase, mal rendimiento académico, ansiedad, depresión, etc.
A continuación, compartimos 10 consejos para que los profesores puedan colaborar a disminuir el bullying entre compañeros de clase, a partir de algunas actividades que te contribuirán a generar un ambiente de clase seguro:
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Conocer y seguir la política de lucha contra el bullying de la institución.
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Crear una política propia de comportamiento general en el salón de clase.
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Construir una buena relación con los estudiantes. Tratarlos con calidez y respeto, ser amable con todos y demostrar interés por la participación de ellos.
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Enseñar acerca del bullying, hablar de lo que les puede pasar tanto a los agresores como a las víctimas, si no reciben apoyo.
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Establecer expectativas de la clase y el tono.
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Establecerse como una autoridad clara y visible, además de explicarles cómo vas a intervenir si sucede un mal comportamiento.
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Hablarles a los niños que hacen bullying en privado y mostrar preocupación por ellos.
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Describir las sanciones que recibirán ante un mal comportamiento de este tipo.
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No funcionarán las suspensiones o reuniones entre el agresor y la víctima en busca de la resolución del conflicto.
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Premiar a los estudiantes por su comportamiento positivo.
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Tomar medidas inmediatas cuando se observa un comportamiento de bullying, y de esta manera resolver rápidamente y con eficacia el problema. Cuando se produce un incidente de este tipo, será importante notificar a los padres de los estudiantes involucrados.
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Realizar reuniones en las clases durante las cuales los estudiantes puedan hablar acerca de las relaciones personales.// Universia
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